ISSN 0717-7798
ISSNe 0718-6924

VOL. 11, Nº 1, (ENERO-JUNIO) 2012

 

 

 

 

 

 

LOS JÓVENES DE FAMILIAS TAREFERAS DE LOS BARRIOS PERIURBANOS: ¿LA GENERACIÓN DEL CAMBIO?

 

THE YOUNG PEOPLE FROM YERBA MATE HARVERSTER’S FAMILIES: ¿THE CHANGING GENERATION?

María Luz Roa (*)
Universidad de Buenos Aires, Argentina

Resumen: A partir de mediados de la década del ’90 en la provincia de Misiones, Argentina, se generó un proceso de expulsión de asalariados agrícolas residentes en el campo. Dicha población se concentró en la periferia de las ciudades intermedias de la provincia, y actualmente depende del trabajo temporal en la cosecha de yerba mate -tarefa- y de ocupaciones ocasionales en la ciudad. En el marco de estos procesos, los/as jóvenes constituyen la primera generación que se socializó en tales territorios. Este estudio busca comprender las transformaciones en las estrategias de reproducción familiar de los/as jóvenes de familias de cosecheros/as de yerba mate que residen en las áreas periurbanas de la ciudad de Oberá. Para evaluar estos procesos, se adopta una metodología triangular, combinando datos provenientes de una encuesta a hogares periurbanos de Oberá e información cualitativa procedente de trabajos de campo de tipo etnográfico. Los resultados muestran sustanciales diferencias entre los aportes actuales y los aquellos que los jóvenes realizaban cuando residían en el agro –generación de sus padres y madres-, las cuales varían fundamentalmente según el género y los tipos familiares.

Palabras clave: juventud, rural, trabajadores, tarefa, cosecheros, periurbanización.

Abstract: From the mid-90's in the province of Misiones there was generated a process of expulsion of agricultural workers living in the countryside. This population was concentrated in the periurban areas of intermediate cities in the province, and today they depend on the temporary work in the yerba mate harvest –tarefa- and occasional jobs in town. As part of these processes, young people are the first generation who was socialized in such territories. This study aims to understand and explain the young people contributions to the family reproduction strategies, in the case of families from the suburban areas of the Oberá city, whose members work as yerba mate harvesters. In this regard,  we observe substantial transformations between current contributions and those young people made when they resided in the country side -generation of their fathers and mothers-, which vary by gender and family types. To assess these processes, we adopt a triangular approach, combining data from a inquest of peri-urban households in Oberá and qualitative information from ethnographic fieldworks.

Keywords: young people, rural, periurbanization, yerba mate, harvesters.

(*) Autor para correspondencia: María Luz Roa. Universidad de Buenos Aires, Argentina. Correo de contacto: chiluz_84@hotmail.com

Agradecimientos: La autora agradece a  los asistentes y comentaristas de la IV Reunión del GERD, a la Dra. Paula Cabrera y a  los evaluadores externos de la revista Psicoperspectivas.


Introducción12

Al cierre del simposio “Organización del territorio, migraciones y ruralidad” de las últimas Jornadas de Estudios Agrarios y Agroindustriales, Silvia Gorestein (2009) mencionó una sugerente reflexión. En la coyuntura actual latinoamericana, las fuerzas desruralizantes han expulsado del campo al conjunto de la población sobrante. Hoy la fuerza de trabajo excedente ya no se encontraría en lo rural, sino en lo urbano marginalizado. Así, la reproducción de la fuerza de trabajo rural que emplea el capital en el agro es subvencionada tanto por el Estado –a través de diversos planes sociales– como por el propio trabajador mediante la pluriactividad. En este sentido, los reservorios que antes se encontraban en las explotaciones hoy están en los espacios periurbanos a los bordes de las ciudades. Así, la urbanización y periurbanización de la población rural permite a los trabajadores rurales reemplazar la parcela de tierra por otras ocupaciones y por el acceso al Estado, a través de los distintos planes sociales. Estas tendencias marcan un pasaje de la figura del campesino semiproletarizado a la de trabajador rural semi-ocupado y semi-excluido. En este sentido, el estudio de las transformaciones de las prácticas de la generación joven contribuye a comprender el impacto de los procesos de exclusión de los/as trabajadores/as rurales. 

En la provincia de Misiones, al Nordeste de Argentina, durante la década del ’90 la crisis del sector yerbatero ocasionó un  proceso de migración de colonos, campesinos y asalariados agrícolas con residencia rural hacia la periferia de las ciudades intermedias de la provincia, conformando nuevos barrios periurbanos. En estos espacios, la mayor parte de las familias depende del trabajo temporal en la yerba mate –tarefa1–, y de otras escasas ocupaciones temporarias en la ciudad y en el agro, generando nuevas conexiones entre el campo y la ciudad (Roa, 2009). Considerando que el surgimiento de tales barriadas data de la segunda mitad de la década del ’90, los/as jóvenes constituyen el primer grupo etario que se socializó en tales territorios. Es por ello que nos resulta de especial interés indagar sobre los cambios y continuidades en las prácticas de esta generación.

El presente estudio se propone comprender las transformaciones de los aportes en las estrategias de reproducción familiar de los/as jóvenes de familias de cosecheros/as de yerba mate que residen en las áreas periurbanas de la ciudad de Oberá. Al respecto nos preguntamos por los cambios y continuidades entre los aportes juveniles actuales y aquellos que realizaban cuando residían en el agro –generación de sus padres y madres-. Primeramente se caracterizarán los aportes de los/as jóvenes en las estrategias de reproducción familiar. En segundo lugar, se compararán los aportes de los/as jóvenes con los de la generación de sus padres y madres. Y finalmente, se reflexionará sobre la incidencia de las relaciones de género en las transformaciones de los aportes y las posibilidades de emancipación juveniles3.

Metodología

Nos proponemos alcanzar nuestros objetivos a partir de un diseño metodológico triangular que incorpora tanto el análisis del contexto estructural en el que se inscriben los actores; como las maneras culturales de hacer, ser, pensar y sentir de los/as jóvenes. El mismo aporta una mirada crítica sobre los datos obtenidos, identificando las limitaciones de los mismos, y posibilitando abordajes complementarios (Vasilachis de Gialdino, 1992).

A continuación se presenta una tipología de los aportes de los jóvenes en las estrategias de reproducción familiar de los barrios periurbanos de Oberá, ciudad de la zona centro de Misiones en donde estudios precedentes señalan que el fenómeno de periurbanización se encuentra más acentuado (Rau, 2005).  La misma incorpora tanto a) un criterio estático, que capta lo observado en un momento específico a la manera de una fotografía de un grupo de personas; y b) dinámico, que considera las trayectorias familiares de jóvenes y adultos tareferos/as. Éstas nos permiten dilucidar no sólo las características de la familia como institución socializadora de sujetos, sino también el margen de maniobra que poseen los sujetos en su actuar cotidiano. Para la construcción de la tipología se analizó:

-           Una Encuesta a Hogares de Barrios Periurbanos de 80 casos, realizada en la ciudad de Oberá durante abril del 2008. La selección de los casos se hizo mediante un muestreo no probabilístico y por cuotas. Las cuotas se establecieron de acuerdo a la relación de la distribución de los hogares en los barrios periurbanos de la ciudad de Oberá según el Censo 2001 e información proporcionada por el Departamento de Catastros de la Municipalidad de Oberá. La encuesta recogió datos: socio-demográficos del hogar, laborales de los miembros del hogar (tomando el ciclo anual ocupacional), historia ocupacional y sindical del jefe/a de hogar, actividades económicas, migraciones y movilidad espacial.

-           Datos cualitativos obtenidos por 4 trabajos de campo de tipo etnográfico en los barrios periurbanos de Oberá, en donde se realizaron 45 entrevistas abiertas y semiestructuradas a 1) jefes/as de hogar y cónyuges de familias tareferas, 2) contratistas, 3) directores/as y maestros/as de escuelas de los barrios, 3) delegados gremiales y 4) jóvenes  mujeres y varones de diferentes tipos de familias; y prácticas de observación participante en diferentes ámbitos barriales. A su vez se incorporaron historias de vida de jóvenes y adultos de familias tareferas que permitieron añadir el análisis de las trayectorias familiares.

Resultados

Transformaciones de los aportes de los/as jóvenes en las estrategias de reproducción familiar

En el presente apartado proponemos analizar las transformaciones que generó la urbanización de las familias de cosecheros/as de yerba mate sobre los aportes de los/as jóvenes en las estrategias de reproducción familiar. Nos focalizamos en particular en los/as jóvenes de familias que dependen fundamentalmente del trabajo temporal en la cosecha de yerba mate4 y que residen en los barrios periurbanos de Oberá. Los aportes de los/as jóvenes los clasificamos según los tipos de familias. Para la construcción de los tipos de familias, las variables que consideramos son:

  1. La co-residencia: si comparten la vivienda, el predio, y si viven en una vivienda en la finca del patrón.
  2. Los tipos de uniones y los lazos de parentesco: siguiendo a Laslett (s.f., c.p. Rodríguez Jaume y Martín Moreno, 2008) clasificaremos las familias según la constitución de un “núcleo”. Con este término aludimos a la presencia o ausencia en la unidad de convivientes de una pareja constituida de hecho o de derecho y de hijos (solteros, no emparentados y que no tienen a su vez otros hijos, ya que en ese caso formarían un núcleo propio). Así diferenciamos a las familias con núcleos simples (hogares con un núcleo “sin otras personas”), de las familias sin núcleo  (con jefes/as solteros/as, separados o viudos/as).
  3. La división familiar del trabajo: comprende no sólo la lógica subyacente a la esfera familiar y laboral (Barrère-Maurrisson, 1999), sino también las posibilidades de unión y desunión al interior de la familia (Hartmann, 2000) a través de los distintos movimientos en los arreglos y roles.

A continuación notamos que las variaciones en los aportes de los/as jóvenes se deben fundamentalmente al género, la edad, el orden de hermanos y las dinámicas familiares. El presente apartado se divide en dos segmentos. En primer lugar, analizamos los tipos de aportes de que realizaban los/as jóvenes cuando las familias residían en el agro –es decir, la generación migrante de los padres y madres de los actuales jóvenes-. Y en segundo lugar, nos abocamos a los tipos de aportes de los/as jóvenes de las familias periurbanas actuales a partir de un criterio estático y dinámico que considera la complejización en los tipos familiares que trajo aparejado el proceso de periurbanización.

Aportes de los/as jóvenes en las estrategias de reproducción familiar rurales

Considerando los datos de la encuesta y los casos entrevistados, la mayor parte de las familias de origen de los actuales jefes y jefas de hogar residían en el medio rural5

1) Aportes de los/as jóvenes de familias nucleares bajo patrón: las familias residían en la finca del patrón o en villas en los bordes de las colonias6, y podían disponer de un pequeño terreno en donde tenían animales de corral y huertas. En estos tipos –en el cual el padre trabajaba como tarefero y en algunas tareas de contra-estación en la finca7, mientras que la madre permanecía en el hogar realizando las tareas domésticas y el mantenimiento de la huerta y animales– los hijos mayores varones y, en caso de no haber varones, las hijas mujeres mayores, trabajaban bajo la figura de “ayuda familiar” en la tarefa8, mientras que las hijas mayores cuidaban a los hermanos menores y realizaban tareas domésticas. En caso de enfermarse o  accidentarse el padre –algo bastante común en el oficio– los/as hijos/as mayores comenzaban a trabajar junto con la madre en la misma finca y dejaban la escuela; o estos/as realizaban tareas domésticas para el mismo patrón. En cambio, en caso de enfermarse o morir la madre, los hijos/as mayores ayudaban al padre en la cosecha, mientras que las hermanas menores se hacían cargo de las tareas domésticas y la crianza de los/as hermanos/as menores.

Antes era menos sí porque… a veces los padres tenían que hacer algo, tenían que salir o estaban enfermos entonces… […] el patrón les descontaba por el tema del seguro a ellos. Entonces vos tenías que ir a cubrir ese trabajo para que puedas… pueda descontar… para el salario y todo […] entonces vos faltabas a la escuela, vos tenías que ir a cubrir ese trabajo. (Tarefero adulto, Barrio San Miguel, Oberá, abril del 2008).

2) Aportes de los/as jóvenes de familias yuxtapuestas con propio predio:las familias estaban compuestas de una familia troncal con núcleo simple (pareja de hecho o derecho, e hijos), que a su vez nucleaba a varias sub-familias en un mismo o varios hogares. Éstos son los casos en donde existían varias generaciones en el mismo hogar, o varias generaciones que compartían el predio viviendo en hogares separados. En el último subtipo, se producían diferentes “arreglos” entre los miembros de los hogares, en donde los roles de los/as jóvenes variaban según el género, la edad y las subfamilias que compartían el hogar y/o predio. El padre y su yerno o hijo (jefe de la 2º generación) solían trabajar tarefeando de manera independiente en lugares cercanos o yendo de campamento9.

3) Aportes de los/as jóvenes de familias nucleares con propio predio: en este tipo se registran diferentes clases de estrategias que implican distintos roles de los/as jóvenes al interior de la familia:

3.1) los hijos varones mayores cosechaban a modo de ayuda al padre en la tarefa o en el secadero (de yerba o té (5)), y en caso de no tener hijos varones las hijas mujeres mayores ayudaban al padre en la cosecha – mientras que la madre realizaba tareas domésticas junto con sus hijos menores –.

3.2) los hijos/as mayores –junto con las madres10-

3.3) los hijos mayores ayudaban al padre en la tarefa –mientras la madre hacía las tareas domésticas y mantenimiento del predio–,  y la hija mayor cosechaba té de manera independiente.

En síntesis, notamos que en las familias de origen rural los hijos varones mayores eran los primeros en trabajar fuera del predio durante la temporada de zafra –en caso de tenerlo– cosechando yerba o té a la manera de ayuda al padre; mientras que las hermanas mayores cosechaban también en forma de ayuda familiar en los casos en que no hubieran hermanos mayores, o cos11echaban té en forma individual. Las hermanas mayores y menores se dedicaban a las tareas domésticas y del propio predio.

A pesar que los entrevistados señalen que comenzaban a trabajar entre los 13 y 18 años, en todos los casos desde niños/as acompañaban a sus padres a la cosecha y colaboraban en las tareas prediales. De esta manera, la cosecha y las tareas en el propio predio resultan un espacio de importancia en la socialización de los/as niños/as y en el aprendizaje del oficio. Las labores se iban aprendiendo a edades tempranas a partir del juego en las fincas y paulatinamente se iban incorporando en la ayuda familiar. Asimismo, la asistencia a las escuelas resultaba interrumpida en los momentos en que se acompañaba a los/as padres y madres a la cosecha. En los casos en que la ayuda se daba en el propio predio (2 y 3) la asistencia escolar resultaba menos interrumpida debido a que se alternaba con las tareas en la pequeña parcela.

[…] ahí yo tenía que preparar la comida, todo, llevarle para mi papá en el secadero, todo como si fuese que era yo la que está… […] Y de allá yo tenía que venir a la casa y… darle agua a las gallinas y traer pasto para los chanchos y… […]Y ahí… al otro día yo me levantaba temprano [a las 5 de la mañana] cuando mi mamá se levantaba para ir al… yerbal  yo me levantaba con ella y ya… […]Yo me levantaba para llevar agua a los animales todo, antes de yo ir a la escuela […] Y ahí yo me iba a la escuela, a las 7, a las 6 y media yo salía de casa para ir a la escuela, me iba… Tenía que correr porque si no llegaba tarde a la escuela. (Tarefera adulta, barrio San Miguel, Oberá, abril del 2008).

Generalmente el comienzo en el trabajo –extra-predial en los tipos b y c–  se asociaba con la necesidad de ayuda familiar en circunstancias en que el padre o la madre se accidentaban o enfermaban. En estos momentos los/as hermanos/as mayores debían dedicarse en mayor medida a la cosecha, viéndose obligados/as a dejar la escuela definitivamente.

No, cuando éramos chiquitos sí [la cosecha] era como un juego, íbamos con mi mamá… para nosotros era divertido eso… Cuando ya mi papá se lastimó ya era más sufrido, porque teníamos que hacer sí o sí para agarrar… para traer el pan a la casa. (Tarefera adulta, barrio Escondido, Oberá, abril del 2008).

Aportes de los/as jóvenes en las estrategias de reproducción familiar periurbanas actuales

En la actualidad, la periurbanización de las familias de tareferos/as y la modernización en el mercado de trabajo agrícola12 conllevaron una transformación en los tipos de familias. En este sentido, observamos numerosos cambios en la división intrafamiliar del trabajo que afectan diferencialmente a varones y mujeres. A continuación clasificamos los/as aportes de los/as jóvenes en las estrategias de reproducción familiar.

A) Aportes de jóvenes de familias nucleares: a este tipo corresponde el 68% de las familias de tareferos/as encuestadas1314. Como notaremos a continuación, resulta recurrente que varios de los hijos/as –principalmente los/as mayores– que conforman las familias sean hijos únicamente de la cónyuge, tanto que los hayan tenido solteras o con parejas anteriores.

Los hijos e hijas habitualmente asisten a la escuela hasta los 16 años, edad en la que los varones comienzan a trabajar en la tarefade manera independiente, mientras que las hijas mayores realizan tareas domésticas o llegan a la maternidad, formando un nuevo hogar en caso de juntarse con su pareja. En este sentido, notamos una mayor cantidad de hijos varones con edades superiores a los 16 años en las familias nucleares. Este hecho se puede explicar por la alta cantidad de casos de maternidad soltera a edades tempranas –15 a 17 años– en los barrios.

A pesar de que en la encuesta no se registra que los/as jóvenes menores de 16 años trabajen o hagan changas15; la información cualitativa nos permite visualizar que a partir de los 12 años –y en edades más tempranas para los hermanos varones mayores- los/as jóvenes comienzan a cosechar a modo de ayuda familiar durante los recesos escolares de invierno y verano16, y las mujeres que no cosechan trabajan en servicio doméstico en la ciudad. Tales ingresos, administrados por los propios jóvenes, sirven para solventar los gastos de los útiles escolares y la compra de ropa17 antes de iniciar el ciclo lectivo, y aportan para la compra de alimentos en el hogar. A su vez, a partir de los 13 años, aquellos jóvenes varones que cuentan con la destreza suficiente para cortar los gajos de la plata con machete y serrucho, la fuerza para cargar su propio raído –generalmente de 100 kilos- y alcanzan la rapidez necesaria para llegar a cosechar un mínimo de 300kg por jornal18 comienzan a cosechar de manera independiente y dejan la escuela durante los meses de zafra. En los meses de contra-estación las jóvenes realizan changas en la ciudad tales como cuidado de niños de algún familiar y trabajo doméstico; mientras que los varones alternan changas ocasionales en la olería (6) y/o la venta de fruta en la ciudad.

E1: Cuando terminan las clases, ahí vos te vas a tarefear. Y después cuando empiezan vos tenés ya que venir de vuelta.

E2: Ahí más adelante, hay 15 días de vacaciones, ahí vas a tarefear.

E1: Y ahí vos bajás, ahí vos ganás plata. Te comprás ropa, zapatillas, todo eso… Y después cuando empiezan, vos ya tenés que venir… […] El papá ahí te reparte para vos. La plata te da […] según lo que sacás […] Y ahí lo que sacamos él reparte para mí y para él. […]Ahí compramos ropa, zapatillas, de todo ahí. […] Carpetas, de todo. Y ahí yo llevo a la escuela. La mochila, todo. Y ahí yo voy a la escuela y llevo todas las cosas. (Tareferos de 13 años, Escuela EGB Nº 185, Barrio San Miguel, Oberá marzo del 2011).

Por último, a pesar que se registra la asistencia a establecimientos educativos en el 93% de los hijos/as menores de 16 años, a partir de los 8 años gran cantidad de niños/as comienzan a repetir los grados, llegando muy pocos a terminar la escuela primaria. Estos altos niveles de repetición escolar están asociados a la interrupción ocasionada por acompañar a sus progenitores a la tarefa. Tal situación se acentúa cuando los hogares se encuentran en expansión.

Por otro lado, dada la alta incidencia de accidentes en el yerbal y las enfermedades ocasionadas por el trabajo en la tarefa, entre los 35 y 40 años los hombres comienzan a estar imposibilitados para seguir cosechando independientemente, por lo que la ayuda de los/as jóvenes (generalmente los/as hijos/as mayores) resulta fundamental para los ingresos familiares. Es por eso que resulta común que los hermanos/as mayores tengan una menor escolaridad que los menores.

E1: Mi papá está ahora con medicamento, o sea se operó el año pasado, estuvo en yeso […] un mes y algo, y ahí dijo el médico que no podía alzar más de 10 kg. Y ahora él está… como estábamos pasando necesidad en mi casa la vez pasada, él se fue al yerbal y va otro hermano, también iba, el más chico que yo de 15 y le ayudaba. Entre los dos. (Joven mujer de 17 años, Escuela Secundaria Bolp Nº 10, Barrio 100has, Oberá, agosto del 2011).

De todas maneras, el nivel educativo de los hijos supera al de los padres. Esto es debido a la mayor cercanía a los establecimientos educativos que las generaciones predecesoras que se socializaron en espacios rurales. A su vez, actualmente en la ciudad de Oberá varias de las familias cobran el plan social “Asignación Universal por Hijo”19, el cual –considerando que las familias suelen tener un mínimo de cinco o seis hijos– suele ser fundamental para poder afrontar los meses de contra-estación. La cobranza y administración del dinero del plan generalmente la realizan las madres20.

B) Aportes de jóvenes de familias yuxtapuestas: el 31% de las familias tareferas encuestadas corresponde a este tipo. Las mismas están compuestas por una familia troncal, que nuclea varias sub-familias en un mismo hogar. Como señala Vázquez Laba (2009):

Su funcionamiento adquiere cierta dinámica que representa cambios permanentes respecto a la distribución de las tareas y los roles domésticos, ya que se generan diferentes ‘arreglos’ entre los miembros del mismo mini-núcleo familiar y entre los diferentes miembros de cada sub-familia. (p. 8).

Así, podemos notar que los aportes de los/as jóvenes varían según las sub-familias que se unan a la nuclear y los consecuentes arreglos en la división intrafamiliar del trabajo.

B.1) Cuando una familia nuclear se convierte en yuxtapuesta porque una de las hijas asume una maternidad soltera21, sus aportes en las estrategias de reproducción familiar cambian. En estos casos un arreglo posible es que la hija salga a trabajar en la tarefa–sea tanto en modo de ayuda al padre o a un hermano, o de manera independientemente– o como empleada de trabajo doméstico, mientras que la madre se encarga del cuidado del nieto/a. Las jóvenes a partir de entonces dejan la escuela definitivamente, si es que no lo hicieron anteriormente. Otro arreglo puede ser que la hija se quede en el hogar realizando las tareas domésticas y estando al cuidado de su hijo/a y sus hermanos/as menores mientras la madre tarefea junto con su padre. En estos casos también la hija dejaría de asistir a la escuela.

Hay guainas (7) de 15, 16 años ahí embarazadas en la casa […] o aunque se casen viven en la casa del padre algunos […] [porque el marido] lo que ella pensó no resultó […] Cuando viene ya dice la madre ‘hay, hay, hay yo no le voy a dejar a ella ahí laburar’ viste […] yo le dejo a ella en casa con el bebé de ella y mis hijos, entonces ella cuida y yo voy a tarefear con mi marido. (Tarefera  adulta, Barrio san Miguel, Oberá, abril 2008).

B.2) Distintos son los casos de familias yuxtapuestas que se conforman cuando el hijo o hija se juntan o casan, y tienen o no hijos/as. En ellos se acopla a la familia troncal una sub-familia en constitución, que luego posiblemente formará un hogar propio (ver apartado II.3). A partir de entonces, el hijo o el yerno se ocupan en la tarefa trabajando de manera independiente y en actividades contra-estacionales –tales como labores culturales, o en la construcción, o la fabricación de ladrillos en las afueras de los barrios–, mientras que su pareja –sea hija o nuera– se encarga de las tareas domésticas conjuntamente con su suegra o madre. La hija o nuera puede salir a ayudar a su marido llevando a su hijo/a consigo, si su suegra o madre queda en el hogar realizando las tareas domésticas; o queda en el hogar mientras su suegra o madre acompaña a su marido a la cosecha (este último caso es minoritario). El resto de hijos/as de la familia troncal tienen comportamientos similares al tipo nuclear en lo que respecta a sus roles en la división familiar del trabajo y su escolarización.

E: Yo me junté con él cuando tenía 17 años. Ella sí [su hermana de 17 años que tiene una hija de 10 meses, y una hija de 3 años], quedó embarazada y ahí se juntó con el papá. […] Yo, o sea, yo me fui y me quedé una semana en la casa de él y ahí ya me quedé.

Er: ¿En la casa con los papás?

E: Sí. Y ahí me quedé ya. […] Y ahora vivo sola con él. […] [Cuando me junté con él] ahí fuimos a trabajar, eh ahí yo fui junto con él para comprar la casa, las cosas para nosotros. (Cónyuge de 23 años, Barrio San Miguel, abril del 2011).

C) Aportes de jóvenes de familias de abuelos/as con nietos: adelantándonos al análisis dinámico que realizaremos en el sub-apartado siguiente, este tipo constituye una posible continuación del tipo b.1. A pesar de haber encontrado sólo 3 casos en las encuestas, tal tipo resulta importante para comprender la dinámica de los roles juveniles. Las familias constituidas por abuelos/as con nietos se forman cuando los nietos/as son criados por las abuelas, debido a que las madres solteras de los mismos deben salir a trabajar. Cuando las últimas forman otra pareja, sus hijos/as optan por quedarse en el hogar de los/as abuelos/as ya que los/as consideran como una figura más cercana a su padre y madre. En estos hogares los/as nietos/as jóvenes ayudan a su abuelo en la tarefa a partir de los 12 años aproximadamente, y si son varones a los 13-15 años comienzan a cosechar de manera independiente.

E3: Y sí, no sé, porque ellos se pelearon porque no sé chusmerío así. […] Ahí ellos se pelearon entre ellos… Ahí fue mi papá no sé, le tenía alargada la boca a mi mamá y mi mamá se enojó y vino mi abuelo y la buscó y la llevó. […] Fue mi abuelo fue a buscarla, porque antes que empezara la pelea grande ya le llevó a mi mamá. Ahí quedamos… Mi hermano y mi hermana dos años nomás estuvieron con mi abuelo. Con mi abuelo y mi abuela. Ahí vinieron otra vez a la casa de mi… de mi papá, porque no querían estar allá. Mi mamá quedó cuatro años nomás y… de ahí ese año se juntó con mi papá, de nuevo. Y ahí yo ese año quedé solita en la casa de mi abuela […]. Ahí yo ya no quería volver más.

Er: ¿Por qué?

E: Ya me hallaba allá con mi abuela ya. […] (Joven mujer de 15 años, Escuela Secundaria Bolp Nº 10, Barrio 100has, agosto del 2011).

D) Aportes de jóvenes de familia monoparental con jefatura femenina: aunque no se ha hallado este tipo de familia en las encuestas, se han encontrado numerosos casos de este tipo en las entrevistas. Lo hemos considerando, porque pueden ser un momento por los que atraviesan varias de las familias, sean del tipo yuxtapuesto o nuclear.

Las familias monoparentales con jefatura femenina se constituyen en los casos de viudez, separación o maternidad soltera de la jefa de hogar. Muchas veces pueden ser un momento intermedio entre la familia yuxtapuesta y la nuclear. Este tipo está compuesto por madres que conviven con sus hijos/as, los cuales los pudieron haber tenido con diferentes parejas. Podemos clasificar dos tipos de aportes de los/as jóvenes:

D.1 Los hijos/as mayores cosechan junto con su madre, mientras que las hermanas del medio (entre 10 o 9 años) cuidan a sus hermanos menores en el yerbal. Comúnmente la jefa y sus hijos trabajan junto a algún familiar o compadre en el campamento, quien los/as ayuda a cargar el raído. En estos casos se registra deserción escolar y repitencia de grados por parte de los hijos/as, debido a la interrupción escolar que genera la ayuda en la cosecha –generalmente bajo la modalidad de campamento–. Tal situación afecta más a los/as hermanos/as mayores, ya que al crecer pueden hacerse cargo de los menores pasando al subtipo 2.

D.2 Cuando los hijos/as son mayores de 16 años, la jefa de familia se queda en el hogar realizando las tareas domésticas, mientras sus hijos/as mayores salen a trabajar en la cosecha y en distintas changas ocasionales en la ciudad –trabajo doméstico, olería y/o construcción– durante la inter-zafra. Generalmente los/as mayores dejan de asistir a la escuela, mientras que los/as menores pueden continuar su escolaridad. En estos casos la jefatura de hogar es compartida entre la madre y los/as hijos mayores.

Dinámicas en los aportes de los/as jóvenes en las estrategias de reproducción familiar periurbanas

Hasta aquí hemos caracterizado los aportes de los/as jóvenes en las estrategias de reproducción familiar rural y urbanas a modo de tipos ideales estáticos. Así, estudiamos la variabilidad de sus transformaciones clasificando los aportes según los tipos familiares, y considerando sus diferencias entre los momentos familiares de constitución, fisión y extensión. En el presente apartado complejizamos el estudio de los aportes juveniles incorporando el análisis de las dinámicas familiares actuales.

Los procesos de periurbanización de las familias no sólo trajeron aparejados una complejización en los tipos familiares, sino que también aceleraron sus dinámicas intra-tipos22. Asimismo a pesar que la encuesta mostró una primacía de familias nucleares y yuxtapuestas, los trabajos de campo etnográfico nos permitieron visibilizar que las trayectorias familiares de los/as jóvenes son sumamente dinámicas, existiendo continuos tránsitos entre los tipos de familias nuclear-yuxtapuesta-monoparental- y de abuelos con nietos.

A continuación nos centramos en las transformaciones de los aportes juveniles periurbanos a lo largo de una de las dinámicas familiares más comunes de los barrios de Oberá: el tránsito de la familia nuclear a yuxtapuesta, en el cual observamos las mayores rearticulaciones en los aportes de los jóvenes. Para ello, analizamos las trayectorias familiares23de las jefas y cónyuges de hogar, ya que como veremos más adelante, cuando ocurren las separaciones las mujeres se van de la casa junto con sus hijos/as; por lo que las familias se organizan en torno a la madre.

En la Figura 1 mostramos los tipos de trayectorias por los que pueden atravesar las familias. Analicemos la parte superior del mismo. Como vimos en el subapartado anterior, una familia nuclear (A) puede convertirse en yuxtapuesta (B) a través de dos rutas de entrada24: la maternidad soltera de una de las hijas, o la constitución de una subfamilia del/a hijo/a. De éstas derivan los tipos de subfamilias B.1) yuxtapuesta por maternidad soltera y B.2) yuxtapuesta por familia nuclear recién constituida; y por ende, sus respectivos arreglos en la división familiar del trabajo. Y como dijimos anteriormente, aquella sub-familia nuclear recién constituida al formar su hogar puede convertirse en una familia nuclear tiempo después (tipo A).

En los casos en que existe una subfamilia yuxtapuesta del tipo B.1, la maternidad soltera resulta un punto de viraje para las jóvenes. A partir de entonces se generan nuevos arreglos que cambian los aportes de las jóvenes en las estrategias de reproducción familiar. Los roles se intercambian en función de la inserción laboral que cada miembro posee y de las necesidades familiares dentro del núcleo. 1) Cuando las jóvenes madres trabajan, las abuelas se encargan de la crianza de los nietos; o las madres llevan a su hijo/a junto con ellas a la cosecha. De esta manera, las jóvenes organizan su trabajo doméstico, de crianza y remunerado en articulación con las otras sub-familias dentro de la misma unidad doméstica. La mayor parte de ellas trabaja durante la zafra en la cosecha de yerba mate acompañadas de familiares que en ocasiones las ayudan a cargar los raídos. 2) Otros son los casos en los que las jóvenes se quedan en el hogar haciendo las tareas domésticas, y las abuelas/madres trabajan junto con el jefe. En ellos las jóvenes se encargan del cuidado y crianza tanto de su hijo/a como de sus hermanos/as menores.

Ambas situaciones son relatadas como “obligación” por parte de las jóvenes, por lo que la capacidad de elección parece anulada. Cuando las jóvenes asumen la maternidad soltera dejan la escuela, por lo que las perspectivas de estudio que tenían durante su infancia cambian. A partir de entonces sólo les interesa el sobrevivir día a día, en una suerte de desesperación por conseguir trabajo. Ya es muy tarde para aspirar a una mejor situación que la que tienen, por lo que desean que sus hijos/as estudien para que consigan un trabajo diferente al de ellas.

En ese momento no lo pensaba, en ese momento no lo pensaba… […] [cuando tuvo a su hijo soltera] Yo no pensaba nada. Lo único que quería era que mi hijo estuviera bien. […]Que estudie, que sea un buen chico… o sea sentirme orgullosa de mi misma. […] Y trabajar… esa era mi preocupación. (Tarefera de 27 años, barrio Escondido, Oberá, abril del 2008).

Figura 1. Trayectorias familiares. Fuente: elaboración propia en base a entrevistas 2008, 2010 y 2011.

Cuando la crianza de los hijos es asumida por la abuela, las madres sufren la imposibilidad de criar a su hijo. Su rol de madre está coartado por la situación económica y familiar que la obliga a salir a trabajar. Vemos así como les resulta imposible cumplir con la representación mujer-madre imperante en el imaginario social, situación que les genera sentimientos de “quebranto”, frustración y culpa.

Volvamos a la figura 1. A lo largo de las trayectorias, las mujeres suelen formar distintas parejas con quienes constituyen un hogar y posteriormente se separan, o enviudecen25. En las separaciones –en su mayoría por motivos de alcoholismo del jefe, porque el jefe no trabaje o por violencia familiar–, es el hombre quien se queda con la casa y la mujer la que se retira con sus hijos/as al hogar de algún familiar, convirtiéndose la familia en un tipo yuxtapuesto (B). A partir de entonces los roles de los/as jóvenes cambian, y los/as hijos mayores comienzan a cosechar durante toda la temporada a modo de ayuda familiar a la madre –generalmente acompañados de algún familiar de la familia troncal–, dejando la escuela. Tales circunstancias pueden repetirse a lo largo de las trayectorias de las mujeres, conformando una familia yuxtapuesta (B) luego de cada separación hasta contar con recursos suficientes para constituir su propio hogar (familia monoparental con jefatura feme26nina (D)) . Así, los/as jóvenes tienen constantes interrupciones en la asistencia a la escuela cuando se encuentran en el tipo de familia yuxtapuesta (B).

En otros casos, la familia yuxtapuesta (B) resulta un momento de transición hasta la constitución de una familia monoparental con jefatura femenina (D). En estas situaciones –consideradas por las madres e hijos/as como los momentos “más sufridos” de sus vidas– se re-articulan los roles familiares y los arreglos al interior de la unidad doméstica. Creemos que tales circunstancias de transición constituyen uno de los posibles motivos por los cuales haya alto nivel de repitencia escolar. En este sentido, encontramos en muchas de las familias tipo nuclear (A) que a pesar de que la mayoría de los hijos/as de menos de 16 años sólo trabajen durante las vacaciones, tienen un alto nivel de repitencia escolar. Nos parece que esto se debe a que muchos/as de estos/as niños/as y jóvenes posiblemente han atravesado por momentos en que tuvieron que acompañar a su madre en la cosecha, fundamentalmente en situaciones en que la familia es de tipo yuxtapuesto (B) o monoparental con jefatura femenina (D).

Por último, en los casos en que las abuelas se encargan de la crianza de los nietos/as, del subtipo yuxtapuesto B.1 se puede pasar a constituir la familia de abuelos con nietos (C). Esto sucede cuando la madre se casa o junta con una nueva pareja, quedando su primer hijo/a con sus abuelos al mismo tiempo que la madre forma otro hogar con sus hijos/as menores y cónyuge (familia nuclear A). Estas situaciones suelen generar conflictos al interior de las familias, y en ocasiones implican un deambular de los/as jóvenes de hogar en hogar.

Conclusiones

De lo rural a lo periurbano. Transformaciones y continuidades en los aportes juveniles <

En el marco del proceso de creciente periurbanización de la mano de obra rural en la provincia de Misiones, las prácticas de los/as jóvenes de familias tareferas se transforman. Al comparar los aportes de los jóvenes en las estrategias de reproducción familiar periurbanas respecto de las rurales –provenientes de la generación migrante– podemos notar cambios y continuidades que varían según las relaciones de género y los tipos y dinámicas familiares. A continuación diferenciamos distintas dimensiones del cambio.

Multiterritorialidad de la exclusión

A nivel general podemos decir que los espacios de socialización de los/as jóvenes en la actualidad se sitúan en un híbrido rural-urbano. A diferencia de la generación rural, los barrios periurbanos tienen una mayor cercanía a las escuelas, lo cual posibilita un incremento en la escolarización a los niños/as y jóvenes. A pesar de esto, y más allá de las exigencias de los planes sociales, existe una alta incidencia de deserción y repitencia escolar ocasionada por las continuas inasistencias a la escuela que implican acompañar a sus padres y madres a la cosecha, las cuales varían en las trayectorias juveniles según los tipos y dinámicas familiares. En este sentido, la estrategia de triangulación metodológica nos permitió visibilizar que al igual que en la generación anterior, la tarefacontinúa siendo uno de los principales espacios de socialización de los/as niños/as y jóvenes, mientras que observamos un comienzo de urbanización de las ocupaciones contra-estacionales que afecta mayoritariamente a las mujeres.

Así, podríamos decir que aunque en la actualidad haya una mayor cercanía física a las escuelas, la condición de hijos/as de tareferos/as les otorga una distancia simbólica a las mismas, impidiéndoles apropiarse de dichos recursos. Esta situación se corresponde con las expectativas juveniles. La escuela se sigue considerando como un medio de ascenso social, pero a los 15 años el porvenir de los/as jóvenes ya parece estar truncado y marcado por la exclusión. La única perspectiva de vida resulta sobrevivir cosechando, sufriendo en la tarefa como lo hicieron sus padres y madres27.

Creemos que en estos casos parece conformarse una suerte de multiterritorialidad 28 de la exclusión, donde se experimentan varios territorios al mismo tiempo en un híbrido rural-urbano marcado por la falta de acceso a los bienes y servicios del espacio delimitado por el área urbana, y al control de las redes que conectan a los espacios periurbanos con lo rural. Por una parte, los movimientos de circulación hacia el campo están controlados por intermediarios contratistas de mano de obra. Generalmente, la cosecha se realiza bajo la modalidad de campamento, lo cual implica que los cosecheros/as se retiren por varias semanas a yerbales lejanos, instalándose en precarios campamentos. En estos casos, los contratistas intermediarios se encargan de la organización y ejecución de estas migraciones temporarias de trabajo (Rau, 2005).  Y por otra parte, el acceso a la ciudad se encuentra coartado por la imposibilidad de inclusión – como trabajador, como estudiante, como ciudadano –  dentro de la misma.

Nuevas inequidades en la esfera de la producción y la reproducción

En segundo lugar podemos notar que los cambios en los aportes juveniles afectan diferencialmente a varones y mujeres, generando distintas posibilidades de emancipación juvenil. Por un lado, los principales aportes de los varones jóvenes de las familias periurbanas son relativamente similares a los que realizaban en las familias bajo patrón y con propio predio. Ellos continúan concentrándose en el ámbito público, con ocupaciones en la cosecha de yerba. En la actualidad disminuyó la posibilidad de trabajar realizando distintas labores de inter-zafra en el agro, teniendo que pasar varios períodos desempleados, entre changas rurales y urbanas, y dependiendo fundamentalmente de los planes sociales que administran sus madres. También siguen insertándose en el mercado laboral yerbatero a edades tempranas –13 a 16 años– a modo de ayuda familiar al padre o a la madre. Dicha actividad aumenta o disminuye según las dinámicas familiares y el orden y cantidad de hermanos/as, y se asocia con la deserción y repitencia escolar.

Las diferencias en los aportes de los/as jóvenes se acentúan en el caso de las mujeres. Las hermanas mayores continúan encargándose del cuidado y crianza de los hermanos menores –en ocasiones también de sus propios hijos– y de las actividades domésticas junto con sus madres. A su vez, al comparar los aportes periurbanos actuales respecto a los que se realizaban en familias con propio predio notamos mayores transformaciones. En los últimos tipos, las hijas mayores junto con las madres y sus hermanos/as menores eran los/as encargados de mantener las pequeñas plantaciones, huerta y animales durante la ausencia del jefe de hogar y los hijos/as mayores; actividades que hoy son obsoletas. A su vez, los cambios en las ocupaciones extra-prediales rurales afectaron mayoritariamente a las mujeres. Con la modernización de la cosecha del té, se expulsó mano de obra del proceso productivo, en una actividad en donde participaban gran cantidad de mujeres. En la actualidad las opciones laborales femeninas se reducen a la tarefay a ocasionales trabajos contra-estacionales de servicio doméstico urbano. En este sentido, notamos una mayor urbanización en las ocupaciones femeninas.

Transformaciones en los modos de emancipación juvenil

En el marco de un proceso de multiterritorialización de la exclusión que afecta diferencialmente a la generación joven, la perpetuación y acentuación de las relaciones patriarcales de poder en la esfera laboral –fundamentalmente en la tarefa– y la familiar, determina las posibilidades de emancipación juvenil.  Al respecto podemos clasificar tres tipos de emancipaciones.

En primer lugar, los aportes de los jóvenes varones en las estrategias de reproducción familiar les posibilitan una suerte de emancipación económica sin una necesaria partida del hogar. Creemos que la posibilidad de independencia se da desde el momento en que el joven cosecha individualmente como un adulto, cobrando su sueldo individualmente. Así, la ganancia ya no se percibe como un éxito familiar –como era en el aporte de la ayuda familiar, o el aporte de la cosecha individual para la reproducción del propio predio– sino como una recompensa por el trabajo realizado. Esto se puede observar en mayor medida al comparar los aportes de las familias con propio predio respecto a los actuales.

En segundo lugar, dadas las inequidades de género en el mercado laboral yerbatero, que coloca a las mujeres en una posición subalterna a los varones, la emancipación femenina no parece estar ligada a la cosecha individual, sino a la posibilidad de juntarse o casarse y formar un propio hogar, de manera similar a una generación atrás. A su vez, considerando la complejización en los tipos y dinámicas familiares, creemos que tal posibilidad se encuentra continuamente interrumpida por las usuales separaciones y las consiguientes transformaciones en la organización familiar. De esta manera, las intermitentes emancipaciones femeninas nos permiten comprender una tercera posibilidad de emancipación juvenil para las mujeres que no implica abandonar necesariamente el hogar. La ausencia de un predio en poder de los/as progenitores y la importancia de los aportes por el trabajo en la tarefa de las hijas mayores para la reproducción de las familias monoparentales con jefatura femenina, permite la existencia de jefaturas compartidas entre madres de familias monoparentales e hijas mayores, otorgando un mayor poder de decisión a las jóvenes en la esfera familiar.

Es así que creemos que los indicios empíricos de la presente investigación, sitúan a los/as jóvenes periurbanos como la generación del cambio. Ellos/as constituyen el presente y futuro una fuerza de trabajo excedente que se encuentran en lo urbano marginalizado, ellos/as son los/as trabajadores/as rurales semi-ocupados y semi-excluidos del agro y la ciudad.


Bibliografía

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Glosario

(1) Tarefa: palabra en portugués que se traduce como tarea, quehacer, ocupación, corte, arduo o destajo. En la región del Noreste de Argentina se utiliza el verbo tarefear para denominar la cosecha manual de yerba mate. Y el tarefero es quien realiza la cosecha. La cosecha consiste en el corte de las ramas de la planta de yerba mate, la quebranza de las mismas –es decir la separación del palo grueso– y el embolsado de la yerba "ponchada"(cosechada y quebrada) en bolsas de arpillera.

(2) Carpida:  labor que se realiza para eliminar malezas y remover la tierra, mejorando de esta forma la granulosidad de la misma, aumentando el contenido de aire y la meteorización necesaria para activar las reacciones del suelo, y con ello la descomposición de las sustancias orgánicas. En la actualidad las malezas se eliminan con glifosato y se utilizan fertilizantes químicos que requieren menor cantidad de mano de obra.

(3) Macheteada y rozado: labor en donde se eliminan las malezas superficiales del yerbal con machete. En la actualidad las malezas se eliminan con glifosato y/o otros herbicidas.

(4) Raído: bolsón de tela arpillera en donde se coloca la yerba mate cosechada. Suele pesar entre 80 y 120kg.

(5) Secadero de yerba o té: Una vez cosechados la yerba mate y el té, se los transporta al secadero. En el mismo se realizan distintos los tratamientos de secado. El producto obtenido es el canchado del té o de yerba, el cual constituye una primera molienda grosera.

(6) Olería: fabricación de ladrillos. En los barrios de Oberá, se pueden divisar precarias olerías hacia los bordes de los arroyos.

(7) Guaina: término guaraní que refiere a chica, niña o mujer joven.

(8) Puchos: pequeños bolsones de yerba que una vez acumulados conforman el raído.

 

1María Luz Roa. Lic. en Sociología. Becaria doctoral del CONICET. Actualmente se encuentra realizando el Doctorado en Ciencias Sociales (FSOC - UBA). Miembro del Equipo de Antropología de la Subjetividad www.antropologiadelasubjetividad.com, y docente en el Seminario de Investigación Trabajo y trabajadores/as en el agro Argentino que se dicta en la carrera de Sociología (UBA). Contacto: chiluz_84@hotmail.com.

2Se presentó una versión preliminar del estudio en la IV Reunión del Grupo de Estudios Rurales y Desarrollo – GERD. Campesinado y Agroindustria: Análisis sobre las transformaciones socioproductivas en Misiones, agentes y dinámicas, 12 y 13 de agosto del 2010, Posadas, Misiones. Para la elaboración del presente estudio agradezco las sugerencias y discusiones realizadas con los asistentes y comentaristas de la IV Reunión del GERD, así como también las sugerencias de la Dra. Paula Cabrera y los evaluadores externos de la revista Psicoperspectivas

3El estudio se enmarca en una investigación que indaga acerca del impacto de la urbanización de la oferta de mano de obra rural sobre la subjetividad de los/as jóvenes de familias asalariadas cuya ocupación principal es la cosecha de yerba mate y que residen en las áreas periurbanas de la provincia de Misiones.

4A diferencia de otras cosechas, la tarefa se prolonga durante 6 meses en el año (abril a septiembre), por lo que la identidad del grupo se vincula fundamentalmente a su ocupación como tareferos/as. Durante los meses de inter-zafra las familias suelen subsistir por 1) trabajos temporales en el agro como la cosecha de té, u otras escasas actividades culturales; 2) changas en la ciudad tales como construcción, cortada de césped o servicio doméstico; y fundamentalmente por el cobro de planes sociales (madre de siete hijos, y asignación universal por hijo).

5De acuerdo con los datos de la encuesta, se registra que los movimientos migratorios son fundamentalmente de localidades del departamento de Oberá y Cainguas hacia la ciudad de Oberá. A partir del año 1994 se duplican los casos de instalación definitiva de las familias en los barrios, continuando con altas frecuencias hasta el 2007. Este aumento ocurre al mismo tiempo que bajaron los precios de venta de yerba mate, por lo que podría indicar ser una consecuencia de la crisis del sector y de su expulsión de mano de obra.

6Las casas de los/as trabajadores agrícolas que vivían en las villas a los bordes de las colonias las disponía el patrón de quien dependía el jefe de hogar. Las mismas solían ser ranchos de madera, con agua de pozo, sin luz y sin gas. Así los hijos de los tareferos asistían a las mismas escuelas rurales que los hijos de colonos.

7Hacia entonces, antes de la modernización de diversas actividades culturales que se extendió hacia los años ’90, durante la contra-estación los tareferos solían ocuparse en carpidas (2), macheteadas (3) y otras labores de mantenimiento del campo del patrón (Véase glosario al final del estudio).

8Denominamos “ayuda” a la labor de aquellos/as integrantes del hogar que cosechan la hoja de yerba mate en el mismo raído (4) que el jefe, de manera tal que son contratados/as indirectamente a través del jefe. Esta labor la diferenciamos de la “cosecha individual”. La misma la realizan aquellos integrantes que cosechen de manera independiente su propio raído. Como la cosecha de yerba mate se cobra a destajo, aquel/la miembro que coseche de forma individual también independientemente.

9La modalidad de la tarefa por campamento implica que los cosecheros/as se retiren por varias semanas a yerbales lejanos, en donde se instalan en precarios campamentos. Tal modalidad suele estar relacionada a contratistas intermediarios que se encargan de la organización y ejecución de estas migraciones temporarias de trabajo, y se extiende en la zona hacia mediados de los años ’90 (Rau, 2005).

10Esta ocupación no se registra como un trabajo en las entrevistas, sino como una “ayuda”, de manera que los/as entrevistados/as consideran como principal labor de las madres las tareas domésticas. En este sentido, creemos que la encuesta presenta un subregistro de dichos aportes.

11Cabe mencionar que la cosecha de té se realizaba en verano, durante los meses de contra-estación. A su vez, no tenemos registro de la participación de jóvenes en otras labores contra-estacionales en la finca durante los meses sin tarefa.

12Algunos de los principales procesos de modernización que afectaron el mercado laboral rural durante los últimos 15 años en la provincia de Misiones son: 1) disminución de las tareas culturales inter-zafrales en las plantaciones debido a la aplicación de agroquímicos y herbicidas ; 2) la producción del té incorporó tecnología capital intensiva ahorradora de mano de obra durante la cosecha, por lo que la cosecha de té dejó de ser una actividad contra-estacional que alternara con la cosecha de yerba mate; 3) extensión de producción forestal, la cual incorpora escasa cantidad de mano de obra.

13El 45% de las uniones de sus miembros son por casamiento y el 55% por concubinato, el principal tipo de unión de los miembros de las familias del conjunto de los barrios.

14En lo referente a la división intrafamiliar del trabajo, la totalidad de los jefes de hogar se ocupa en la cosecha en la yerba mate durante los meses de zafra, y durante los períodos de contra-estación realizan diversas changas fundamentalmente en ámbitos rurales, tales como macheteadas. En la encuesta se hallaron esporádicos casos en donde se alterna la cosecha de yerba mate con actividades urbanas –servicios, construcción y fabricación de ladrillos–, los cuales parecerían indicar un comienzo de urbanización de las ocupaciones. La totalidad de las cónyuges se dedica a las tareas domésticas, y sólo el 17% comprende a la misma como su única ocupación. El 13% de las cónyuges trabaja en la cosecha de yerba mate, generalmente a modo de “ayuda al marido”. Tales ayudas son a) de manera periódica cuando el hogar se encuentra en expansión y los hijos/as son menores de 12 años aproximadamente. Esto ocurre habitualmente en los meses de vacaciones escolares, cuando el jefe trabaja acompañado de su cónyuge y sus hijos/as mayores. Y b) de manera ocasional cuando el hogar en expansión ya cuenta con los aportes de hijos/as jóvenes mayores de 14 años.

15El cuestionario era suministrado al jefe/a o cónyuge de hogar, quienes no manifestaron la existencia de los aportes de los/as jóvenes como trabajo o changas. Esto se debe a que, dada la prohibición de trabajo infantil y las obligaciones de escolarización de los menores de edad que implica la cobranza de los planes sociales, hay un discurso que niega la existencia de trabajo infantil y juvenil. En los sucesivos trabajos de campo realizados, las entrevistas en profundidad a jóvenes y adultos de familias tareferas demostraron que el trabajo juvenil resulta una práctica extendida y naturalizada en los barrios.

16A pesar de que la tarefa se desarrolla durante los meses de abril a septiembre –comienzo y culminación que determina el Instituto Nacional de la Yerba Mate–, puede haber cosechas durante los meses de receso escolar en la provincia de Corrientes, los cuales se dan generalmente bajo la modalidad de campamento.

17La posibilidad de tener unas zapatillas de marca constituye un bien simbólico fundamental para la asistencia a la escuela, cosa que se incrementa a medida que los jóvenes van creciendo. Resultan recurrentes los casos de chistes descalificativos a los chicos/as que asisten a la escuela “mal vestidos” o con “zapatos feos”.

18Como el cobro de la cosecha de yerba mate es a destajo, se cobra según cantidad cosechada. Así, un adulto varón suele sacar entre 300 a 500kg por jornal. Esta cantidad puede variar según la calidad del yerbal.

19Uno de los requisitos para su cobro - $220 por mes por hijo, y hasta 5 hijos – es la escolarización de los/as hijos. Así, en las escuelas se observa una menor cantidad de deserción escolar y menor cantidad de niños/as que acompañan a sus padres y madres a la cosecha.

20Vale mencionar que aquellas familias que acceden a tales planes son las que cuentan con suficiente capital social como para relacionarse con los/as trabajadores/as sociales que están en los barrios – en el marco de diferentes actividades de ONGs–.

21Los casos de maternidad soltera generalmente pueden ser desde los 12 o 13 años de edad. Ésto se debe a que las jóvenes suelen iniciar su actividad sexual a los 12 o 13 años sin protección anticonceptiva. Según las entrevistas realizadas, la población de los barrios no utiliza métodos anticonceptivos por falta de conocimiento y acceso a los mismos. A su vez, a pesar de que a partir del año 2006 se encuentra en vigencia la Ley 26.150, la cual crea el Programa Nacional de Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral, las escuelas primarias y secundarias de los barrios no brindan formación periódica sobre educación sexual a sus alumnos/as.

22Cuando hablamos de la aceleración de las dinámicas intra-tipos intentamos dar cuenta de los actuales procesos de organización familiar en donde a lo largo de una trayectoria una madre tenga hijos con más de dos parejas y haya experimentado al menos dos separaciones. Estas trayectorias se diferencian de las rurales, ya que entonces la familia se estructuraba a partir de un núcleo constituido por una pareja que difícilmente se separaba. Para el estudio de tales dinámicas se elaboraron historias de vida en donde se realizaron numerosos árboles genealógicos con los/as entrevistados/as.

23Las trayectorias familiares contribuyen a dilucidar no sólo las características de la familia como institución socializadora de sujetos, sino también el margen de maniobra que poseen los actores en su actuar cotidiano dentro de ella. De esta manera, consideramos la presencia simultánea de lo habitual y creativo en toda acción, concibiendo a la creatividad como emergente de la actividad rutinaria que demanda de interpretación y perfomances en realizaciones concretas de la acción (Dalton, 2004).

24Tomamos los términos ruta de entrada y ruta de salida que utiliza Barrón López (2002) para analizar una tipología de familias monoparentales.

25Muchos de los cosecheros de yerba mate se accidentan o enferman en el trabajo, debido a las precarias condiciones en que desempeñan sus actividades –acampar en el monte, ir en camiones sin mantenimiento por las rutas, permanecer en el descampado en días de tormenta, picaduras de víboras y diversos insectos, caídas en el yerbal, accidentes con la carga del raído, etc.-. Los accidentes pocas veces son cubiertos por el empleador, ya que aunque el trabajador/a se encuentre en blanco, el aporte a la obra social resulta insuficiente, contando únicamente con el hospital público. Por otro lado, las enfermedades ocasionadas por el desgaste del cuerpo en el yerbal –tales como reumas, roturas de rodilla y cadera, lastimaduras en los ojos, o incluso cáncer de estómago por consumo prolongado de aguas contaminadas con agrotóxicos- no se consideran enfermedades laborales.

26Encontramos trayectorias en donde hay cuatro pasajes de tipo: A) familia nuclear - ruta por separación a B) familia yuxtapuesta - ruta por juntar recursos suficientes para formar un propio hogar a D) familia monoparental con jefatura femenina - ruta por juntarse o casarse con otro o el mismo hombre a A) familia nuclear - ruta por separación a B) familia yuxtapuesta.

27Resulta sugerente que en las encuestas pocos de los ocupados en la tarefa manifestaron tener una segunda ocupación. En este sentido, en los casos entrevistados las ocupaciones intermitentes en la ciudad y el campo durante los meses en que no hay tarefa –carpidas (2), macheteadas (3), lavado de ropa, changas en la construcción, fabricación de ladrillos, cortado de césped – no se consideraron como trabajos.

28Tomando ciertos aportes de la Geografía Social, concebimos al territorio como un continuum que se despliega de la apropiación político económica a la dominación subjetiva y/o cultural simbólica (Haesbaert, 2007), la cual genera un efecto de naturalización de las jerarquías y distancias sociales (Bourdieu, 1999).Así, retomamos el concepto de multiterritorialidad entendiéndola como la experimentación de varios territorios al mismo tiempo; en donde ya no interesa el control de un área, sino el de la movilidad, los flujos y las conexiones (Haesbaert, 2007).