ISSN 0717-7798
ISSNe 0718-6924

VOL. 10, Nº 2, (ENERO-JUNIO) 2011

 

 

 

 

 

 

 

“Las Galderas”: Logros y contradicciones de una investigación-acción comunitaria sostenible, entre pescadores ribereños del Bajo Orinoco, Venezuela

“Las Galderas”: ACHIEVEMENTS and contradictions of a sustainable communitY action-research in a riparian fishermen’s community in the Low Orinoco, Venezuela

Luis d’Aubeterre (*)
Centro de Investigaciones Antropológicas de Guayana (CIAG)- Universidad Nacional Experimental de Guayana, Venezuela

Resumen: Se analizan los logros y contradicciones del trabajo realizado entre cuatro centros de investigación y estudiantes de Postgrado (2005-2009), en comunidad venezolana de pescadores orinoquenses. El objetivo fue crear condiciones comunitarias para desarrollar, administrar y  beneficiarse de proyectos eco-socio-económicos sostenibles transformando condiciones de vida. Los proyectos desarrollados fueron: Piscicultura, Ecoturismo, Viveros, Artesanía y Educación Ambiental, desarrollados en grupos (6-14 personas), formados durante 2 ½   años. Resultados: cooperativa piscícola  (proyecto: producción 30 ton./año de pescado); cooperativa de viveristas  (proyecto: reforestación de humedales del Orinoco); legalización de tenencia de tierras; formación técnica de 40 personas; organización de Comunidad Educativa (construcción de escuela y pre-escolar); cambio de actitudes pro-ambientalistas; creación del Consejo Comunal y emergencia de nuevo liderazgo femenino. Las principales contradicciones son la inconcreción de proyectos, incongruencias  institucionales y en la gestión comunitaria.

Palabras clave: comunidades ribereñas; Orinoco; desarrollo sostenible; investigación-acción.

Abstract: The achievements and contradictions of a sustainable communitarian action-research developed between an interdisciplinary team of researchers and advanced  post-graduated students in a riparian fishermen’s community in the Low Orinoco, Venezuela, are analyzed. The main objective of this study was to provide community conditions to empower people to ,develop administrate and profit some sustainable eco-socio-economical projects in order to transform their own conditions of live. Projects: fish-culture, ecotourism, tree nursery, pottery and environmental education; developed by little groups (6-14 persons), formed on 2 ½ years. Results: a fish-culture Cooperative (project: 30 ton/year fish production), a tree nursery Cooperative (project: reforestation of Orinoco’s humid forest), legalization of land’s tenancy, 40 persons technically formed, a School Community organized (construction of the local school and kindergarten), attitudinal changes to pro-environment, Community Council organized (emergency of women’s leadership). The main contradictions are the non-concretion of community projects, the inconsistency in local and national government’s institutions, as well as in the community’s management.

Keywords: riparian community; Orinoco; sustainable development; action research.

(*) Autor para correspondencia: Centro de Investigaciones Antropológicas de Guayana (CIAG). Universidad Nacional Experimental de Guayana, Venezuela. Correo de contacto: ldaubete@gmail.com


Introduccion

La investigación-acción es un “caso límite” de la investigación social (Falls Borda, 1976; Bonilla y Rodríguez, 1995), en el cual resulta problemático establecer a priori objetivos específicos precisos, estrategias e instrumentos de acción previamente diseñados, cronograma de actividades y resultados previsibles. Contrariamente a la prédica metodológica convencional, estos aspectos van construyéndose a medida que los investigadores se empapan de las realidades del mundo de vida de la gente (Schultz, 1979), conocen y se adentran en sus códigos y modos de comunicación informal y anudan una compleja red de relaciones interpersonales, con toda suerte de intercambios, reales, simbólicos e imaginarios. Además, su propósito  no es precisamente la generación de conocimientos, sino el empoderamiento de una comunidad particular para su auto-transformación bio-psico-socio-política (Montero, 2009).       

No obstante, se partió de ciertas premisas  epistemológicas que guiaron el trabajo comunita-rio en Las Galderas, a saber: a) el  conocimiento  científico  tiene validez y pertinencia social  en la  medida en que es capaz de generar procesos de transformación  socio-políticos y  culturales que impliquen la directa  participación-apropiación  y  uso de tal conocimiento por parte de las personas, a fin de mejorar sus condiciones reales de vida. b) No hay conocimiento científico neutro,  por  el  contrario, todo investigador tiene la responsabilidad de tomar con-ciencia de  las  implicaciones  bio-éticas, eco-socio-político-económicas e histórico-culturales, que su trabajo puede conllevar a  corto, mediano o largo plazo. c) Como correlato de lo anterior, la investigación-acción comunitaria propende a la transformación  integral de una realidad socio-cultural  particular, partiendo de las cogniciones y motivaciones de las  personas que la configuran, en función de un diálogo  crítico-evaluativo permanente de: situaciones, estrategias y resultados y, dentro del cual, el investigador es un participante dinamizador del proceso (Moreno, 1999).

Este estudio se llevó a cabo entre la comunidad, investigadores de cuatro centros de investigación (CIAG, CIEG, CIGADS y FLASA)1 y 15 estudiantes del Postgrado en Ciencias Ambientales de la UNEG, en la zona de mayor desarrollo,  uso  y crecimiento poblacional del Bajo Orinoco venezolano, en la cual Rosales, Rodríguez, Leal,  d’Aubeterre  y Castellanos  (2005), reportan  lo siguiente:

1. Problemas socio-ecológicos dinámicos en las poblaciones ribereñas del Orinoco, tales como: tala y quema de bosques en humedales, sobre-explotación en actividades de cacería y pesquería, deposición  directa  en  los cuerpos  de  agua  de desechos industriales y domésticos, uso de  pesticidas y herbicidas en la agricultura y para  embarbascar lagunas de pesca, carencia de fuentes de  agua  potable, ausencia de pozos sépticos, ausencia de tratamiento de aguas servidas,  economía  de subsistencia y manejo inadecuado de cría de animales como cochinos.

2. Niveles diferentes de  organización  y  desarrollo  comunitario rural,  con particularidades históricas locales:  formas de  asentamiento, prácticas socio-económicas,  experiencias  de  formalización  de asociaciones de vecinos, cooperativas de producción y otras.

3. Potencialidades  para  emprender  proyectos  de desarrollo comunitario endógeno, ecológi-camente sostenibles (eco-turismo,  micro-empresas pesqueras, viveros comunitarios, agricul-tura, servicios, artesanía, etc).

Ubicación y Descripción de “Las Galderas”

Las Galderas es una comunidad rural de pescadores orinoquenses, ubicada a 63º06’- 63º07’ de longitud Oeste y 8º18’ latitud Norte, en la margen derecha del río Orinoco. Las Galderas está adscrita a la Parroquia Pana-pana del Municipio Heres, en el Estado Bolívar (República Bolivariana de Venezuela). A ella  se tiene acceso terrestre desde el Km 55 de la Autopista Puerto Ordaz-Ciudad Bolívar. Desde mediados del siglo pasado, sus fundadores, nativos de otros poblados ribereños de la margen izquierda y de las islas ubicadas en el canal principal del Orinoco (Mamo, Carapa, La Gloria, La Paloma), encontraron en este lugar, una tierra estable donde resguardarse de las constantes inundaciones y pérdidas económicas que éstas les ocasionaban. (Ver fotografía y gráfico, Figuras y 2).

En general, la mayoría de los pobladores ribereños del Orinoco, a pesar de constituir un grupo tradicional vinculado longitudinalmente por relaciones de parentesco seculares, a lo largo de los diferentes poblados, no posee documentos de tenencia de la tierra. A menudo, viven en tierras cuya propiedad pertenece al Estado venezolano, o a unos pocos terratenientes.

Las Galderas es un caserío rural del Bajo Orinoco, compuesto por unos 40 grupos familiares (casi todos emparentados entre sí), cuya principal actividad es la pesca, la agricultura en las islas del Orinoco y la cría de animales (aves, chivos, cochinos y vacas). Su gente se fue asentando en este lugar desde hace unos 60 años aproximadamente, cuando sólo era posible acceder al sitio por el río en curiara, bote o lancha. La primera familia que allí se instaló, lo hizo a unos 7 kms. de Las Galderas2, en la Punta de Santa Ana.  El señor B. Z. (proveniente de la isla El Mamón) y la señora C. C., vivieron allí con sus hijos: J., J. V., D., A., M. C., Z. y otros que se mudaron fuera. Pasadas unas cuatro décadas de la fundación de Santa Ana, otros parientes, se asentaron en el lugar (A. C. y A. M., S. M. y su esposa R., J. M. y su esposa Z. Z.), construyeron sus viviendas y se instalaron progresivamente, expandiendo de esta forma, las fronteras del asentamiento rural y configurando su espacio de vida. La llegada de los hermanos S. M.  (hace un poco más de veinte años) y  J. M.  (hace diez años),  introdujo cambios  significativos  tanto en  la fisonomía como en la dinámica socio-político-cultural y económica que caracterizó, durante varias décadas, a la comunidad de Las Galderas. En los años ´80, construyeron la trocha inicial de la vía de penetración al asentamiento desde la autopista Ciudad Bolívar-Puerto Ordaz, definiéndose poco a poco por el paso de los camiones y camionetas que entraban con regularidad para comprar pescado y carne de cacería. Posteriormente, se logró compactar y engranzonar esta vía de penetración con maquinaria pesada prestada por esta comunidad (ver fotografías, Figuras 3 y 4).

A los pocos años, la Gobernación del Estado Bolívar, construyó dos puentes sobre los pasos de agua que atraviesan la vía de penetración de Las Galderas, Los Negritos, Santa Ana y Las Arhuacas, con lo cual se amplió las posibilidades de intercambio comercial hacia Ciudad Bolívar, Ciudad Guayana y otras comunidades (Méndez, 2010). En los últimos veinte años, estas comunidades de pescadores del Orinoco, se han constituido  en un centro de venta pesquero y de producción animal (caprinos, porcinos, bovinos, entre otros) y un sitio de recreación (paseos por el Orinoco, venta de comidas y bebidas), principalmente los fines de semana, en Semana Santa y para las Fiestas Patronales de Santa Ana (a mediados de julio).   

Una Experiencia de Investigación-Acción Comunitaria: Aspectos Metodológicos

La construcción del vínculo con la comunidad

Antes de iniciar esta investigación, casi todos los investigadores que participaron en ella, conocían desde hacía 2 años, a los habitantes ribereños de Las Galderas pues, a menudo, pernoctaban allí para hacer estudios de ecología orinoquense, en el marco del Programa de Investigación Corredor Ribereño del Orinoco (2003-2005), del Centro de Investigaciones Ecológicas de Guayana (CIEG) de la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG),  dirigido por la Dra. Judith Rosales (2004), cuyo objetivo general fue: estudiar las características bióticas y abióticas del Bajo Orinoco, a fin de generar una base científica para la conservación y manejo de la bio-diversidad y las funciones de los ecosistemas ecotonales de este paisaje ribereño. Esta experiencia previa de contacto regular e intercambio de servicios (permiso para pernoctar, contrato de guiatura y transporte en lancha, compra de comida, alimento y bebidas, etc.), permitió un mutuo conocimiento durante dos años, que creó condiciones de familiaridad, confianza y empatía entre los habitantes del lugar, los investigadores y los estudiantes del Postgrado en Ciencias Ambientales de la UNEG. Luego, fue a través de conversaciones  informales en las que tanto líderes como habitantes del lugar, expresaban sus problemas e intercambian opiniones, ideas y experiencias con los investigadores, como fue surgiendo la idea de proponer algo así como una “contra-prestación de servicios” para la comunidad.  Inicialmente, este proyecto de investigación-acción comunitaria  se concibió como una segunda fase de dicho Programa, que atendería aspectos psico-socio-ecolo-económicos de la población desde una perspectiva dinámica y participativa, pero en realidad, el mismo trascendió ampliamente las expectativas iniciales.

Diagnóstico comunitario de problemas

En marzo del 2005, en Las Galderas se propuso diseñar, con y para la comunidad, un plan de trabajo compartido que significara un cambio holístico ecológicamente sostenible a corto, mediano y  largo plazo,  que incidiera positivamente en las condiciones materiales y psicosociales de vida de las personas. Para ello fue preciso ponerse todos de acuerdo a fin de realizar un diagnóstico  de problemas específicos percibidos como prioritarios para los mismos habitantes del lugar. Esta actividad básica tomó cerca de dos meses concluirla mediante asambleas y grupos de trabajo, reunidos 2 a 3 veces por semana, en el restaurante del señor S. M., (el líder local más importante de entonces), quien se encargó de hacer las convocatorias junto con otros miembros de la comunidad, compartiendo los gastos de logística con el equipo de investigadores. Estos aportaron materiales para el trabajo en asamblea (lápices, marcadores, papel rotafolios, etc.) y rápidamente se propuso y se establecieron algunas reglas mínimas para la discusión colectiva: a) dos de las personas que convocaban la asamblea (uno de la comunidad y otro de la UNEG), eran moderadores del debate; b) la asamblea aprobaba una agenda de discusión y se dividía en grupos de 5-7 personas que debían analizar, listar y jerarquizar los problemas comunitarios: de mayor a menor importancia; c) cada grupo nombraba a un relator que debía tomar nota de las propuestas  escritas en un rotafolio, aficharlas, para luego, leerlas ante la asamblea; d) después que cada relator leía sus propuestas, la asamblea comunitaria sintetizaba la información y establecía una jerarquía de problemas que debían ser resueltos colectivamente (aunque a menudo era necesario pedir ayuda a algún ente oficial local); e) se estableció que al inicio de cada asamblea, se evaluaría el resultado de las actividades programadas en las comisiones o grupos de trabajo;  f) cada grupo era responsable de preservar el material de estas dinámicas de trabajo comunitario. El listado jerarquizado de tópicos-problemas resultó ser el siguiente: Electricidad, Agua Potable, Vialidad, Escuela, Transporte, Asistencia Médica, Seguridad, Pozos Sépticos, Capilla y Organización Comunal.

Esta actividad inicial tuvo una participación muy animada y entusiasta de todos en la comunidad; ella permitió un intercambio muy fecundo entre pobladores, investigadores y estudiantes universitarios pues, dependiendo de los tópicos, sus roles y conocimientos se intercambiaban tratando de comprender la perspectiva de los otros y transmitiendo sus propias ideas sobre el asunto tratado. Al mismo tiempo, iban ocurriendo diversos procesos psicosociales: se establecía una metodología colectiva sencilla de debate y trabajo comunitario; las mujeres (hasta hacia poco, silentes), hablaban cada vez más, exponían sus puntos de vista y eran escuchadas con atención; entre unos y otros se construía una solidaridad fundamental con miras a generar soluciones comunales viables; comenzaron a surgir ciertas voces que rivalizaban con la de los dos hermanos líderes de Las Galderas. (ver fotografías, Figuras 5 y 6).   

Diseño de Estrategias de Acción Comunitaria: Ejecución y Logro de Resultados

A medida que se avanzaba en la dinámica grupal comunitaria, se fue introduciendo la metodología de análisis FODA, a fin de considerar todos los aspectos necesarios para elaborar  estrategias y cursos de acción que procurasen soluciones colectivas a todos y cada uno de los problemas diagnosticados. Ello supuso (entre otras cosas), constituir comisiones de trabajo a lo largo de un año, dirigidas por miembros de la comunidad, en las que participaban voluntariamente, aquellas personas que por sus conocimientos empíricos sobre el tema o sus relaciones personales, tenían posibilidades de contactar algún representante oficial de: la Alcaldía, la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), la Electricidad de Oriente, la Gerencia de Obras Sanitarias e Hidrológicas (CVG-GOSH), alguna Empresa Básica del Estado, la Gobernación, el partido de Gobierno (Partido Socialista Unido de Venezuela -PSUV), etc.

Paralelamente, desde finales del 2006 y todo el 2007, ello coincidió con un acelerado despliegue de políticas de intervención  gubernamental (a través de sus instituciones locales y programas nacionales), que impuso una compleja e improvisada simultaneidad de propuestas de organización política y comunitaria: elecciones de Consejos Comunales y Mesas Técnicas de: agua, energía, salud, etc.; Misiones Robinson y Madres del Barrio, micro créditos del Banco de la Mujer, operativos de MERCAL y de Sanidad y Asistencia Social, entre otros. Este fenómeno nacional introdujo una simultaneidad de eventos que impuso a todos, un ritmo acelerado de trabajo comunitario que generaba grandes expectativas de cambio. Ello permitió que, entre 2006-2008, el trabajo comunitario sostenido en Las Galderas fuera dando sus frutos: mejora de la vialidad, creación  de la Comunidad Educativa, construcción de la Escuela Bolivariana “Los Negritos”, instalación del tendido eléctrico y alumbrado público  de la comunidad,  elección del primer Consejo Comunal de Las Galderas, organización de la célula del Partido Socialista Unido de Venezuela, otorgamiento de créditos y dotación de equipos para la pesca,  todo ello, en buena medida, gracias a la Gobernación del Estado Bolívar.  

Organización de equipos comunitarios de trabajo en función de “líneas de acción”

A finales del 2005, luego del diagnóstico comunitario, siguiendo la misma dinámica de discusiones colectivas y partiendo del  conocimiento empírico de las condiciones materiales de vida de los lugareños, de sus prácticas socio-económicas y productivas tradicionales, de las condiciones de insalubridad de las aguas que consumen, así como de las características paisajísticas, geográficas y ecológicas del medio ambiente en el cual viven; se configuró  un andamiaje de líneas de acción (sub-proyectos) para iniciar un proceso de  formación técnica, como parte de las estrategias de acción comunitaria.

Tras la constitución de estos  grupos de trabajo comunitario, la dinámica de participación durante los tres primeros años (2005-2007), fue muy motivadora y relativamente autónoma en cada grupo, aunque cada dos semanas, había una asamblea de integración para hacer el análisis evaluativo de lo ejecutado. Investigadores y estudiantes tenían estadías in situ, que oscilaban entre 2 y 15 días de campamento, lo cual permitió desarrollar, simultáneamente, estudios ecológicos de flora, fauna, paisaje e hidrología del Orinoco, en los cuales el conocimiento tradicional y la experticia de los pescadores sobre las especies autóctonas, usos tradicionales, topografía y paisaje, fueron fundamentales para el intercambio de saberes, al tiempo que se  estrecharon vínculos amistosos con los habitantes de Las Galderas. De hecho, como hasta finales del 2006 no hubo electricidad en el poblado (pero se disponía de un pequeño generador), por las noches, espontáneamente, en el restaurante de J. M., o en el saguán de alguna casa, se hacían las asambleas y reuniones de discusión general acerca de: actividades, problemas, logística, logros, experiencias, anécdotas, etc., que unos y otros reportaban. Al mismo tiempo, esos momentos nocturnos eran de “cine gratis”: todos se divertían viendo y comentando chistosamente, las imágenes (fotos y videos) del computador, registradas a lo largo del trabajo diurno.

Progresivamente, a medida que el trabajo compartido iba ofreciendo resultados palpables, las personas  pasaban a ser sujetos activos que investigaban, opinaban, preguntaban, criticaban: tenían puntos de vista propios sobre lo todo lo que se hacía o se dejaba de hacer. Esta práctica reflexiva compartida, parecía concretar el “principio de dialogicidad” de Paulo Freire, según el cual, (sabiéndose distintos), el investigador y la población establecen una relación de comunicación entre iguales, un diálogo horizontal basado en la reciprocidad en donde, constantemente, se intercambian los roles de educando-educador.  Sin duda,  para el equipo interdisciplinario compuesto por: 4 biólogos, 1 artista plástico, 1 psicólogo social, 1 educadora y unos 15 estudiantes de Postgrado en Ciencias Ambientales, internalizar este “principio de dialogicidad” no fue siempre algo  sencillo. Fue un aprendizaje grupal que se desplegó  simultáneamente al trabajo comunitario sostenido durante varios años en las 5 líneas de acción integradas de manera sistémica: Piscicultura, Ecoturismo Fluvial, Viveros Comunitarios, Artesanía y Educación Ambiental3.  Siendo ésta la primera experiencia de investigación-acción del equipo de investigadores, había mucha incertidumbre respecto a crear falsas expectativas en la gente o a imponer criterios técnicos: esto supuso un debate abierto, auto-reflexivo y crítico, a todo lo largo de este trabajo (ver Figura 7).

Sobre el avance de las líneas de acción comunitaria

Piscicultura (instructor:  Luis Pérez - Biol. FLASA-). Desde el principio, la idea de introducir la piscicultura fue ampliamente aceptada por los pescadores de Las Galderas. Esta se fue adaptando  a las particulares condiciones ambientales del sitio, minimizando todo riesgo de impacto ambiental que pudiese tener en las áreas de bosques aledaños al poblado. La misma, respondía tanto al saber tradicional de estos hombres de pesca, como también al grave problema creciente registrado por los pescadores locales: una merma importante en la cantidad, talla y calidad del pescado que, anualmente, se extrae del Orinoco, lo cual genera gran preocupación e incertidumbre sobre el futuro económico de ésta y otras comunidades pesqueras locales. Un año después (2006), la Cooperativa “Piscicultura Las Galderas”, se constituyó gracias al apoyo de la empresa estatal CVG-VENALUM y a las iniciativas de las personas que concluyeron exitosamente su taller de formación: J. Z., S. M., J. C., J. M. y R. M. Buena parte del taller fue una charla animada en el comedor de la señora C., en la cual el biólogo y los pescadores: describían, dibujaban, preguntaban, respondían y aclaraban ideas, conceptos y técnicas sobre la acuicultura de peces, la construcción de las lagunas piscícolas, el mantenimiento, seguimiento, saneamiento, enfermedades, etc. Otras veces, se organizaron viajes a la Estación Piscícola de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y al Laboratorio de Biología Marina de Fundación La Salle, ubicados en Puerto Ordaz.  (ver fotografías, Figuras 8 y 9).

Ventajas de la piscicultura en Las Galderas: 1) generaría suficientes recursos económicos y alimenticios que incrementarían la calidad de vida de la comunidad por la comercialización al mayor, la pesca recreativa turística y la venta de comida en las posadas ecoturísticas, restaurantes y puestos de comida de la comunidad. 2) Reduciría la dependencia comunitaria de las fluctuaciones en  volúmenes de pesca en el Orinoco. 3) Aliviaría el impacto de las pesquerías sobre especies autóctonas del Orinoco, permitiendo su recuperación progresiva. 4)  Evitaría la explotación pesquera en ecosistemas más sensibles y ricos en biodiversidad (humedales, lagunas y bosques inundables). La especie seleccionada para la piscicultura sería inicialmente (mientras se completan estudios de otras especies del Orinoco), el híbrido “cachamoto”, producto del cruce de dos especies autóctonas del Orinoco (cachama y morocoto), consumidos en toda la región Guayana, hibridado por investigadores del equipo de biología marina en FLASA-Guayana. Desde el año 2008, no hubo más actividades de formación del grupo de Piscicultura, solamente visitas periódicas de seguimiento y búsqueda de financiamiento (ver Figura 10).

Artesanía (instuctora: TSU Daniela Morini). Esta acción comunitaria, no sólo permitió  formar a un grupo de 12 mujeres artesanas de este poblado (C., G., Ch., I., A., An, U., D., E. V., Z., Al., Y.), en los conocimientos básicos de la cerámica artesanal para desarrollarlos como oficio económicamente sustentable, sino que ofreció una oportunidad única de crecimiento personal inédito que las transformó de seres tímidos y silentes que no participaban en las asambleas por miedo escénico e inseguridad, en mujeres líderes que hoy participan activamente en el Consejo Comunal de Las Galderas y Los Negritos, las cuales también han expuesto sus trabajos en el Eco-Museo del Caroní, en Internet y varios eventos regionales. Al igual que la comunidad y los otros grupos de trabajo, estas mujeres participaron durante todo el proceso de investigación-acción: diagnóstico general, diseño de acciones comunitarias, trabajo de campo, análisis de resultados y diagnóstico crítico, elaboración de propuestas, debate y toma de decisiones, planificación y ejecución de actividades y evaluación de la acción (Basagoit, Bru y Lorenzana, 2001).

Además de conectarse con el resto de las otras acciones comunitarias, la artesanía  permitió, por un lado: rescatar una antigua tradición cultural recordada por algunas de las abuelas, a partir de materiales autóctonos disponibles en las márgenes del Orinoco, rico en distintos tipos y texturas de arcilla. Por otro lado, a través de la cerámica, se plasmó creativamente, toda una serie de símbolos y representaciones de la rica biodiversidad del lugar (tortugas, lagartijas, aves, peces, toninas, etc.), con lo cual se lograba palpar: a) un sentimiento de orgullo personal y comunitario respecto a la acción propia/grupal y al lugar de vida, b) el sentido de pertenencia e identidad social y  c) la importancia ecológica de la fauna y flora orinoquense.  La intención explícita de este grupo de mujeres, ha sido convertir la cerámica en una alternativa socio-económica viable y ecológicamente sostenible que se inserta en el entramado de acciones comunitarias que apuntan al desarrollo eco-turístico propio. Si bien hasta el 2009, el grupo de artesanas no dejó de trabajar y avanzar en su proceso formativo, se dieron muchos altos y bajos en el nivel de participación y asistencia al taller (ver fotografías, Figuras 11 y 12).

Ecoturismo ribereño (instructores: MSc. Sara Leal y TSU Rosauro Navarro). Cuando en las asambleas comunitarias iniciales, se analizaba las experiencias de la gente con visitantes y turistas ocasionales, surgió rápidamente la idea de desarrollar el Ecoturismo ribereño comunitario. Ello se percibió fácilmente como una alternativa económica sostenible que ayudaría a elevar nivel de vida en esta comunidad de pescadores ribereños del Bajo Orinoco, generando nuevas fuentes de empleos, contribuyendo, al mismo tiempo, a la conservación de su patrimonio natural y cultural. Uno de los aspectos claves de esta línea de acción-comunitaria, fue la propuesta de hacer un Ordenamiento Ecológico Territorial Comunitario.<lo que les gustaría decir a un turista” sobre los atractivos locales identificados: arbustales, bosques, pesca, siembra, fauna, vida ribereña, etc. Esto permitió  elaborar un guión temático general que se adaptaba  a la estacionalidad del rio Orinoco, en lugar de establecer un guión para cada estación como originalmente se había planteado en el grupo de ecoturismo. Finalmente, al no contar con  recursos financieros para invertir en infraestructura y equipamiento, no pudo continuarse esta acción comunitaria, lo cual ha redundado en desmotivación  y desintegración del grupo.   

Viveros Comunitarios (instructora: Dra. Judith Rosales). El propósito de esta acción comunitaria, fue desarrollar y potenciar capacidades y competencias técnicas y organizativas (ya existentes en muchos de los miembros de la comunidad que cultivan frutales y algodón en las islas del Orinoco), para propagar árboles y plantas (ornamentales, medicinales y otros), específicos de la flora ribereña orinoquense, destinados a la venta para los turistas visitantes y para la restauración de los humedales y bosques ribereños degradados. Progresivamente, este grupo de trabajo comunitario, se propuso lograr con las Empresas Básicas estatales (sector acero, aluminio e hidroelectricidad), de la Corporación Venezolana de Guayana, esquemas de pago por los servicios ambientales de estos humedales, lo cual garantizaría  fuentes sustentables de empleo para la comunidad, la conservación de los bosques inundables del Orinoco y sus funciones eco-sistémicas reguladoras en el largo plazo. (ver fotografías, Figuras 13 y 14).

A finales del 2005, se logró  la formación de 15 viveristas durante seis meses en el Jardín Botánico del Orinoco (Convenio UNEG-Fondo Nacional para la Ciencia y la Tecnología –FONACIT-). Contradictoriamente, entre 200-2007, hubo muchos conflictos internos entre los miembros de este grupo, quienes también participaban en Artesanía y Educación Ambiental. A pesar de disponer de financiamiento,  hubo apatía y  mínima participación comunitaria: la construcción del vivero fue muy lenta y los asistentes de investigación (J. Pérez, E. Aparicio y A. Díaz), tuvieron que apoyar dicha construcción, prolongándose  hasta finales del 2007. En el 2006, la UNEG aprobó una partida para la compra de materiales de construcción para la oficina y el depósito del vivero, así como también la compra de fertilizantes. Además, se dispuso de un salario mínimo por 1 año, para dos viveristas que trabajaron en esta construcción. Toda esta situación fue analizada en varias asambleas, pues generó  muchos cuestionamientos: ¿estaba la comunidad asumiendo como propias las acciones comunitarias planeadas, discutidas y emprendidas  por los grupos de trabajo, o bien los “profesores” estaban imponiendo criterios técnicos que replicaban el “asistencialismo” tradicional de las instituciones gubernamentales?. Todo parecía indicarlo y se intentó remediarlo. Lo cierto es que el involucramiento de algunos investigadores con la comunidad y sus acciones, más allá de su participación  como asesor, implicó asumir actitudes de dirección que fueron contra-producentes para la dinámica comunitaria.

En 2009, se registró la Cooperativa Viveros Las Galderas, compuesta por 6 miembros de la comunidad: M., I., D., N., A. y C. Ello permitió una rica experiencia de intercambios y asesoría con otras comunidades rurales de la Gran Sabana (extremo sur amazónico del Estado Bolívar), y la ejecución  de un pequeño proyecto rentable para la empresa CVG-VENALUM, lo cual reforzó la motivación y optimismo de la comunidad. No obstante, desde el 2008, la crisis organizacional y tecno-económica  de las Empresas Básicas del Estado en la región, ha hecho inviable otras contrataciones de servicios, de igual forma, la crisis presupuestaria nacional de las universidades imposibilitó continuar el trabajo comunitario y los viveristas han debido ir a buscar trabajo fuera de Las Galderas.

Educación Ambiental (instructora: MSc. Nay Valero). Cuando se llegaba a Las Galderas, un aspecto muy deprimente de la vida cotidiana de los niños era su “escuela”. Esta se caracterizaba por: la precariedad de las condiciones físico-ambientales del estrecho y escuálido ranchito a medio hacer con bahareque y techo de zinc, unos pocos pupitres y sillas destartaladas y  la inasistencia reiterada del docente que, cuando venía de Ciudad Bolívar a mitad de mañana, apenas si atendía algunos  niños que presentaban una tarea asignada. El diagnóstico situacional y pedagógico del proceso educativo en esta triste y desabrigada escuelita rural unitaria (realizado por la instructora y estudiantes UNEG), realmente fue desastroso: niños adolescentes con graves problemas de lecto-escritura, dificultades de ubicación témporo-espacial, muy poco desarrollo de motricidad fina y una apatía generalizada.  (ver fotografías, Figuras 15 y 16).

Entre finales del 2005 y el 2006, se llevaron a cabo varios talleres de trabajo con la comuni-dad y los niños, los dos docentes de  la escuela, la instructora y estudiantes de la UNEG, sobre la construcción de un Proyecto Educativo Integral Comunitario (Valero, 2006) y se organizaron  diversas actividades pedagógicas informales, a saber: “La parcelita de observación”: la cual permitió  que  niños y adultos de la comunidad,  escrutaran su entorno habitual, siguiendo algunas pautas metodológicas, a fin de descubrir gran cantidad de elementos ambientales que, usualmente no percibían. « Lectura divertida » de cuentos, fabulas e historias locales contados por los abuelos y comentadas y dramatizadas por estudiantes universitarios de Educación. Taller de Máscaras y Desfile de Carnaval: los niños y la comunidad de Las Galderas nunca antes habían celebrado una Fiesta de Carnaval. Así pues, se organizaron y desarrollaron los primeros Carnavales en Las Galderas. Entrevistas con los “Libros Vivientes” de la comunidad: a partir de los relatos de vida de los fundadores de Las Galderas, se pudo reconstruir la historia  y evolución de su comunidad.  Visitas con los niños y representantes a las playas de arena del Río Orinoco. A pesar que los niños ya conocían estos lugares al acompañar a sus padres en las faenas de pesca, nunca antes habían ido en grupo infantil a observar el paisaje y a disfrutarlo: allí identificaron especies de fauna y flora y, sobre todo, jugaron. Jornadas de Inventario de sitios de disposición de la basura en las comunidades. Por otra parte, en esos mismos años 2006-2007, se hicieron varias visitas guiadas con los niños, en un  autobús de la universidad: unas hasta Puerto Ordaz a: la Biblioteca “Carlos Manuel Carlos Piar”, al Infocentro del  171, al Malecón de San Félix y a La Plaza del Agua en el área de la Represa de Macagua. Otras a Ciudad Bolívar: al Jardín Botánico del Orinoco, la Casa del Libertador, El Fortín de El Zamuro y al Parque Ruiz Pineda. (ver fotografías, Figuras 17 y 18).

La dificultad de encontrar financiamiento público o privado

La mayor parte del financiamiento de este proyecto comunitario de investigación-acción realizado entre 2005-2010, fue asumido por la Universidad Nacional Experimental de Guayana. No obstante, inicialmente se contó con el co-financiamiento parcial de varias instituciones gubernamentales: Convenio UNEG-Fondo Nacional para la Ciencia y la Tecnología –FONACIT- (Bs. 30 millones viejos: 2005),  Gobernación del Estado Bolívar (Dirección de Ambiente: Bs. 3,7 millones viejos: 2006-2007); donación de la Escuela  Bolivariana “Los Negritos” (2007),  por la Fundación del Niño (Gobernación del Estado Bolivar). Aparte del apoyo institucional de la empresa estatal CVG-VENALUM y de diversas donaciones por parte de las Alcaldias de los Municipios Heres y Caroni. 

A mediados del 2006, la comunidad logró el compromiso con la Autoridad Unica de la CVG,  de mediar para obtener un aporte por Bs. 84 millones (viejos) de la empresa brasilera ODEBREHCT (que concluía la construcción del segundo puente sobre el Orinoco), para financiar la Piscicultura en Las Galderas. Sin embargo, no se concretó este acuerdo y ni siquiera se obtuvo una explicación formal al respecto. A pesar de que desde el 2007, comenzó a percibirse  un muy particular interés político de la Gobernación del Estado Bolivar, la Alcaldía de Heres y el partido oficial del gobierno (PSUV), por esta comunidad cuya visibilidad social aumentaba, ya que a menudo, era entrevistada por los diarios locales, a raíz de la experiencia que venía desarrollando con la UNEG.  Resultó sumamente problemático concretar el financiamiento total o parcial de las distintas líneas  de acción comunitaria, entendidas como “proyectos de desarrollo endógeno”, solicitados por el Gobierno nacional como requisito estratégico para impulsar un modelo económico alternativo (socialista) para el país.  Asimismo, en el año 2008,  el grupo de mujeres artesanas, hizo las gestiones ante la Misión “Madres del Barrio” del gobierno nacional, solicitando  financiamiento por Bs. 40 mil (nuevos), para la construcción y dotación del Taller de Artesanía de Las Galderas y de un horno de ladrillos refractarios. Pero hasta ahora, no se ha tenido respuesta.  Luego, a finales del 2009, una coyuntura extraordinaria pareció concretar el interés de la Gobernación del Estado Bolívar (a través de su Secretaría  de Desarrollo Social), en financiar la piscicultura comunitaria, mediante el Fondo de un Convenio Binacional entre la Gobernación del Estado de Pará (Brasil) y la Gobernación del Estado Bolívar, el cual nunca se concretó. A mediados del 2010, otra situación fortuita reactivó los esfuerzos: la presencia de maquinaria pesada de la empresa estatal CVG-FERROMINERA, para terrasear un sector vecino, la cual (mediante acuerdos informales de compadrazgo y amistad con los habitantes de Las Galderas), fue prestada para limpiar y acondicionar el terreno donde se construirán las piscinas piscícolas. Empero, al poco tiempo, hubo que parar esta actividad por la llegada del periodo de lluvias y la subida de aguas del rio Orinoco.  En estas condiciones, las actividades comunitarias, se centraron en entrevistas puntuales con algunos posibles entes financieros oficiales (Banco Agrícola), sin que nada haya podido concretarse.

Como muestra la tabla 1 (Ver tabla 1), el presupuesto global estimado en el 2007 para financiar las cinco acciones comunitarias o sub-proyectos que se desarrollaban en Las Galdera ascendía a casi un millardo de bolívares viejos (un millón de bolívares actuales), monto que sin duda era muy importante, pero parecía factible conseguirlo a través de un desembolso progresivo a tres años por parte de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI) debido a lo estratégico del mismo, a las políticas centrales de apoyo estadal a “proyectos comunitarios de desarrollo endógeno” y a los ingresos petroleros extraordinarios percibidos por el gobierno nacional a lo largo de esta primera década del siglo XXI.

Tabla 1
Presupuesto sometido al Programa de Proyectos LOCTI 2007 de la UNEG.

(Fuente: elaboración popia).

Muy probablemente, fue un error de los investigadores y la comunidad, haber sido tan optimistas al plantearse la búsqueda del financiamiento de todos los proyectos comunitarios. Sin duda, se dejaron llevar por una tendencia gubernamental (asimilada por el sentido común venezolano), de manejar proyectos y propuestas “faraónicas”, millonarias y efectistas que, a menudo, no se concluyen. Por ello, desde el 2008, el presupuesto de los cinco sub-proyectos comunitarios fue redimensionado a una escala menor. Por ejemplo, en el caso de piscicultura: se planteó una solicitud conjunta de la Cooperativa Piscícola Las Galderas y del Consejo Comunal,  para la construcción de 2 lagunas piscícolas (en lugar de 6), con una infraestructura y equipamiento menor, con  la idea de completarlos a medida que hubiese retorno de capital y afianzamiento técnico en el manejo de la tecnología piscícola por parte de la Cooperativa. Sin embargo, este cambio de estrategia, tampoco permitió  obtener los recursos solicitados.

Discusión: Problemas y Contradicciones en esta Investigación-Acción Comunitaria

No cabe duda que en estos cinco años, en Las Galderas ha habido logros comunitarios importantes, tales como: la construcción y dotación de la Escuela Bolivariana “Los Negritos”, el inicio del Pre-escolar, la perforación del pozo profundo de agua potable con instalación de bomba sumergible y sistema de acueducto, la organización político-comunitaria mediante las elecciones del Consejo Comunal, la aprobación de Bs. 30 mil para un primer proyecto para cría de porcinos (introducido en 2006 por el Consejo Comunal, ejecutado en 2007 y abandonado en 2008), así como compactación y ampliación de la carretera engranzonada, la  instalación del tendido eléctrico desde la autopista hasta el poblado, la obtención de un préstamo del gobierno local para comprar equipos de pesca y lanchas.

Todo ello ha supuesto una cierta “modernización” de los lugareños, que se ha traducido en algunos aspectos positivos tales como: organizar de manera más eficiente el proceso de enseñanza-aprendizaje escolar de los niños, desarrollar actividades comunitarias ligadas al sistema de misiones del gobierno nacional (operativos médicos y alimentarios, esencial-mente), iniciar un proceso de adecuación ambiental mediante: la cría de porcinos en instalaciones adecuadas y la construcción de algunos pozos sépticos. Empero, también ahora los lugareños disponen de menos tiempo para conversar entre ellos pues pasan mayor tiempo de ocio y recreación  viendo programas de televisi@?n; se han instalado aires acondicionados en algunas casas y abierto varios puestos ilegales de ventas de cerveza los fines de semana y días festivos, con sendos equipos de sonido que compiten entre sí.

Si bien en las evaluaciones comunitarias, se concluye que ha habido un “empoderamiento” comunitario y que muchos de los objetivos de este trabajo de investigación-acción  fueron alcanzados, no es menos cierto que, a pesar del enorme esfuerzo comunitario e institucional desplegado entre los años 2005 y 2010, no se obtuvieron los frutos esperados por la comunidad, fundamentalmente, debido a que, hasta hoy día, ha sido imposible conseguir financiamiento oficial o privado, requerido para concretar alguna de las líneas de acción  comunitaria antes referidas.

El liderazgo comunitario en Las Galderas

Todo liderazgo presupone cierto tipo de relaciones de poder que pueden variar enormemente, dependiendo de: las características socio-culturales y materiales del colectivo, de la organización y nivel de desarrollo de los procesos productivos locales, de la personalidad del líder y del modo en el cual éste ejerce el poder frente al grupo.  Históricamente, en Venezuela el liderazgo más prestigioso que ha calado en el sentido común, en la tradición oral de nuestros mitos populares y en las prácticas político-institucionales de nuestro país, ha sido el del caudillo. Esta es una figura histórica contradictoria, psicosociológicamente muy rica, que comparte rasgos del héroe mitológico, tanto positivos (aguerrido, audaz, valiente, sensible, humilde, leal…), como también negativos (indómito, violento, imprevisible, autoritario, altivo, pendenciero…).  Como pueblo, disponemos de una larga lista de caudillos: desde Bolívar, pasando por Páez, Piar, Soublette, Zamora, Guzmán Blanco, Castro, Juan Vicente Gómez, Betancourt, Pérez Jiménez, Carlos Andrés Pérez, hasta Hugo Chávez; los cuales hacen parte tanto de la historia como del imaginario colectivo del venezolano.

En Las Galderas, entre los hermanos J. y S. M. se compartían las responsabilidades y tomas de decisión comunitarias, recayendo en buena medida sobre sus espaldas, hacer las diligencias, contactos, papeleos y negociaciones necesarias con los entes públicos y privados, a fin de dar respuesta a los diversos problemas que a lo largo de más de treinta años, han venido confrontando y resolviendo los miembros de esta pequeña comunidad de pescadores orinoquenses. Dicha centralización casi exclusiva del liderazgo comunitario ha ido cambiando rápidamente en los últimos cinco años, merced al crecimiento personal de un grupo importante de mujeres y hombres y a la dinamización colectiva producida por las actividades, cursos, asambleas, asesorías externas, etc., emprendidas por los investigadores de la UNEG y a todas las intervenciones institucionales (INTI, Gobernación, Alcaldía de Heres, FUNDACOMUN, FUNDACITE-Bolívar, Ministerio Popular para el Desarrollo la Economía, Misión Madres del Barrio, Autoridad Única CVG, CVG-VENALUM, etc.),  que se han producido a consecuencia de las políticas gubernamentales en materia de comunidades y poder popular (”Quinto Motor de la Revolución Socialista”) 

La incorporación de las mujeres en esta socio dinámica y en las nuevas estructuras organizativo comunitarias, sin duda ha generado contradicciones, roces y conflictos internos en las relaciones de pareja, entre vecinos-parientes, entre amigos, compadres y comadres.  Ello implicó que a mediados del 2006, algunos maridos prohibieran a sus mujeres asistir a los cursos de artesanía y de ecoturismo. Para superar estos síntomas propios de una suerte de crisis de maduración colectiva, fue menester organizar dinámicas  en las cuales se abordaban los problemas, se analizaban y se discutían las posiciones de unos y otros. Pero, sobre todo, se enfocaban los problemas  prioritarios de la comunidad, logrando hacer un ejercicio de diagnóstico situacional y de prospección, identificando las Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA). La misma dinámica impositiva de incorporación de las mujeres en el Consejo Comunal, las distintas Mesas Técnicas, Misiones y comisiones de trabajo de Las Galderas, fue diluyendo los roces y conflictos iniciales, al tiempo que se afianzaba el valor positivo y la efectividad de la participación femenina en la búsqueda de soluciones a los problemas comunales. Empero, han surgido nuevas rivalidades en función de ciertas prebendas y beneficios que han sido captados por algunos líderes emergentes.

La persistencia de los hábito

En Las Galderas casi se cumple la mítica coexistencia pacífica del Arca de Noé entre humanos y animales: chivos, cochinos, patos, gallinas, perros, caballos, hombres, mujeres y niños, conviven en un espacio amplio en  el cual corren, juegan, comen, ríen, ensucian. Animales  y gente, también comparten las aguas del Orinoco en donde se bañan y se refrescan del calor soporífico, mientras las mujeres van a lavar la ropa, o buscan agua en baldes para lavar trastos en sus casas y, a menudo también,  para cocinar sus alimentos.

A pesar de haber analizado y discutido repetidamente en asambleas comunitarias y en la escuela, lo grave de esta situación sanitaria que viven los habitantes de esta comunidad, cuyos niños registraron una mayor concentración de parásitos y bacterias coleiformes  que los animales del lugar (Sánchez, 2006); no ha habido un esfuerzo sostenido por parte de los adultos, en reunir sus rebaños y hacer un manejo más adecuado y racional de los mismos. Ello no quiere decir que la gente de Las Galderas no tenga “conciencia” de estos problemas y de la necesidad de buscar soluciones. De hecho, en el segundo diagnóstico  situacional realizado colectivamente a mediados entre 2006-2007, el problema sanitario fue ampliamente descrito: ausencia de pozos sépticos, carencia de fuentes de agua potable, inexistencia de un módulo asistencial, necesidad de encerrar los cochinos, entre otras cosas. Empero, como suele suceder con el sentido común (d´Aubeterre, 20074; Méndez, 2010),  este conocimiento consciente y verbalizado de los problemas sanitarios coexiste contradictoriamente, con las prácticas habituales instaladas como rutinas de conducta, sostenidas por creencias y actitudes tradicionales, entre las cuales, la convivencia con los animales no plantea un problema, como tampoco lo es tomar agua clara de algún remanso del Orinoco o de alguna quebrada; aunque las aguas servidas del poblado fluyan y caigan a la orilla del Río Orinoco, que tanta agua tiene…

De la apatía y el desánimo de la gente

Desde el 2008, en casi todas las acciones comunitarias, los grupos de trabajo, la comunidad, los investigadores, expresaron sentir una especie de desgaste en  el inicial empeño en construir mancomunadamente, las condiciones idóneas de cambio de perspectivas y prácticas cotidianas de vida y de trabajo, en función de su sustentabilidad. Se  produjo, por un lado, un movimiento oscilatorio con picos de gran desmotivación, ausentismo a los talleres, inasistencia a las asambleas, reuniones y prácticas grupales y, por otro, momentos de súbita movilización promovida por alguna propuesta externa. Entre las causas de este fenómeno tendríamos:  

- El profundo impacto negativo (julio-noviembre 2006), que trajo consigo el formal ofrecimiento incumplido por la Autoridad Única de Área de la Corporación Venezolana de Guayana, de financiar parcialmente el sub-proyecto de Piscicultura de Las Galderas, por un monto de 84 millones de bolívares (viejos), que iba a ser aportado por la empresa brasileña ODEBRECTH, (que entonces concluía el II Puente sobre el Orinoco), para la construcción de las seis lagunas piscícolas. Ello tuvo un efecto desmotivador masivo en la comunidad y los investigadores, luego de haber generado una expectativa formidable.

- La propuesta de “apadrinamiento” y apoyo financiero al proyecto de Piscicultura, de la empresa CVG-VENALUM (2007), que nunca se cristalizó y el interés manifestado en diversas oportunidades por la Gobernación del Estado Bolívar (entre 2008 y 2010), en respaldar este mismo proyecto, enmarcado en la estrategia del Estado venezolano de fomentar  la “Soberanía Alimentaria” del país y el “desarrollo endógeno” comunitario. Sin embargo, la intención política reiteradamente manifestada por los funcionarios de esta Gobernación,  fue apropiarse institucionalmente del proyecto y modificarlo unilateralmente, convirtiendo a Las Galderas en una vitrina para exponer “los logros” de la “revolución bolivariana” en materia agroalimentaria. Ello no fue posible debido a la exigencia de la comunidad, para que fuese la Universidad Nacional Experimental de Guayana, la institución que guiara la implementación del proyecto original.

- El abandono parcial o temporal del poblado por los miembros de la comunidad, quienes desde el 2008, comenzaron a: a)  buscar trabajo fuera de Las Galderas (durante el periodo de subida de aguas y aguas altas del Orinoco, cuando casi no hay pesca), b) mudarse a Ciudad Bolívar o a Puerto Ordaz  a causa de enfermedades, para continuar estudios de los hijos  o  también, para realizar trámites administrativos del Consejo Comunal. Por ejemplo, el señor R.  M.  organizó  una cooperativa de servicios haciendo limpieza y mantenimiento de un sector de la Autopista Ciudad Bolívar-Puerto Ordaz. Esto resolvió  el problema laboral de unas cuantas familias de la comunidad, pero alejó el interés y la disponibilidad de tiempo de la gente para cursos, talleres y actividades de: Ecoturismo, Artesanía, Piscicultura y Viveros Comunitarios.

- Las graves restricciones presupuestarias afrontadas por las universidades venezolanas desde el 2009, impidieron  proseguir con el  trabajo comunitario de asesoría  y actualización de los grupos de los proyectos comunitarios. Sólo se contrató por tres meses a la artista instructora de Artesanía, para culminar el entrenamiento y formación del grupo de artesanas. Aunque se mantuvo contacto semanal con los miembros del Consejo Comunal de Las Galderas, el grupo de Piscicultura y el de Viveros Comunitarios, el cual formalizó el registro de su Cooperativa, desarrollando algunos trabajos que significaron ingresos para la comunidad.

A manera de conclusión

Al inicio de este trabajo se tenía un conocimiento teórico general de la complejidad propia de este tipo de pesquisa, pero desconocíamos la sobreabundancia de inconvenientes, contra-dicciones, improvisaciones, incongruencias, rivalidades, entre otras cosas, surgidas en el diálogo múltiple y simultáneo que se ha debido entablar con las personas y las instituciones gubernamentales locales (Alcaldía de Heres, Gobernación del Estado –Secretaría de Desarrollo Agrícola y Rural, Secretaría de Ambiente-, Zona Educativa, Fundación del Niño, Autoridad Única-CVG, CVG-VENALUM, FUNDACITE-Bolívar, etc) y nacionales (INTI, Ministerio de Ciencia y Tecnología, FUNDACOMUN, MINPADES, INTUPESCA, Ministerio de Turismo, Superintendencia de Cooperativas, Ministerio del Ambiente, etc), todo ello en medio de una compleja mudanza social y cambios burocráticos improvisados de: empleados públicos, instituciones, leyes, reglamentos, disposiciones transitorias, Decretos presidenciales, procedimientos administrativos, etc, surgidos durante los últimos cinco años del gobierno del Presidente Hugo Chávez, con su proyecto revolucionario del Socialismo del Siglo XXI. 

Sin pretender ser exhaustivo,  se podría tratar de sintetizar algunas de las contradicciones mayores registradas en esta experiencia singular de investigación-acción:

1) A pesar que este proyecto de desarrollo integral comunitario de pescadores del río Orinoco en Las Galderas, se inscribe dentro de los lineamientos del Proyecto Nacional Simón Bolívar Primer Plan Socialista 2007-2013, atinentes: al desarrollo endógeno y empoderamiento socio-político-económico  de las comunidades (Rossi, 2005; Santos, 2004), a respaldar la Soberanía Alimentaria y a la implementación de modos de producción ambientalmente sustentables; y a pesar de haber contado con respaldo y reconocimiento institucional de diversos entes de los gobiernos central, regional y local; sin embargo,  hasta hoy ha sido imposible concretar el financiamiento parcial o total de los proyectos comunitarios de Las Galderas. Se estima que el escoyo mayor ha sido  la postura tanto de la comunidad como de los investigadores, de no aceptar la asimilación de esta propuesta académico-comunitaria a los intereses político-partidistas de la gestión de la Gobernación del Estado Bolívar, lo cual refleja una gran contradicción entre los intereses de la nación y el protagonismo político-partidista local.

2) La comunidad apenas si ha iniciado un proceso de reconfiguración de sus relaciones de poder, merced a la emergencia de nuevos líderes, mujeres en su mayoría.   Hay una incipiente organización comunal que comienza a dar algunos frutos en la obtención de recursos y en la cogestión de proyectos comunitarios. Se trata de un aprendizaje colectivo complejo y denso, lleno de contradicciones y dificultades que a menudo degeneran en conflictos entre las personas, mediados por: falta de comunicación efectiva, chismes, envidias personales, apatía de una mayoría silenciosa pero crítica y rivalidades en este nuevo escenario en el cual surgen nuevas posibilidades de protagonismo. Todo ello hace parte de los retos que deben aprender a superar los miembros de esta comunidad. En realidad, no es sólo un reto local, es una enorme y compleja problemática que hace parte de las nuevas incógnitas que enfrenta el país, en esta nueva fase del proceso de re-estructuración político-jurídico-social planteado por el Ejecutivo nacional venezolano, con el proyecto del Socialismo del siglo XXI.

3) Otro aspecto crítico fue que el equipo interdisciplinario de investigadores tuvo que lidiar desde el principio, con su propia inexperiencia en investigación-acción comunitaria. A pesar de las lecturas comentadas y discutidas de autores expertos (Fals Borda, Paulo Freire, Maritza Montero, Alejandro Moreno, entre otros), a menudo emergieron acciones y actitudes  intervencionistas o asistencialistas propias del “funcionario institucional”, lo cual, lejos de fortalecer la experiencia comunitaria,  generó  roces, o procesos de dependencia y confusión. Sin duda, gracias al mismo trabajo comunitario, a la sabiduría, conocimientos y habilidades de la gente de Las Galderas, los investigadores tuvieron un aprendizaje significativo acerca de sus propias fallas metodológicas, analizadas en  asambleas, debates y reuniones de evaluación.  En este sentido, hubo un redimensionamiento tardío de los sub-proyectos piscicultura y ecoturismo para llevarlos a una escala más fácilmente manejable para los grupos comunitarios, desde el proceso inicial de búsqueda de financiamiento hasta su ejecución.

En suma, la tarea inicialmente prevista resultó más densa en imprevistos y complejidades de lo que se pudo suponer. No sólo se trata de habérselas con un mundo de vida (real, simbólico e imaginario), constituido sobre prácticas tradicionales (creencias, modos de relación, de producción e intercambio con el ambiente),  que tienden a reproducirse a pesar de su permeabilidad relativa a nuevas ideas, técnicas y formas de organizarse. Sino que además, el logro de los objetivos de los proyectos comunitarios, depende  del respaldo económico, político  e institucional de entes públicos cuyas agendas, a menudo obedecen a intereses muy distintos a lo expresado en el discurso oficial del Presidente Hugo Chávez y a las  necesidades de desarrollo integral sostenible de esta comunidad de pescadores del Orinoco.

A pesar de toda la compleja experiencia compartida hasta hace poco con la gente de Las Galderas, el objetivo general que se propuso hace seis años, sigue siendo un reto no sólo para esta comunidad, sino para el país y el planeta: la construcción comunitaria de perspectivas eco-socio-económicas locales ambientalmente  sostenibles en el tiempo. Obviamente, para concretar esto, no sólo basta con el trabajo, el deseo y las buenas intenciones de una comunidad y un equipo de investigadores universitarios.

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1 CIAG: Centro de Investigaciones Antropológicas de Guayana, CIEG: Centro de Investigaciones Ecológicas de Guayana, CIGADS: Centro de Investigaciones en Gestión Ambiental y Desarrollo Sustentable; todos ellos adscritos a la Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG), ubicada en los Estados Bolívar y Amazonas, en la Región Guayana, al sur de Venezuela. FLASA: Fundación La Salle de Ciencias Naturales (Campus Guayana).

2 La comunidad de Las Galderas toma su nombre de un latifundio del s. XIX, el  Fundo de Lagardera, que comprendía esas tierras ribereñas del Bajo Orinoco (Méndez, 2010). Para garantizar la confidencialidad de las personas que participaron en esta investigación, solamente se escriben las iniciales de sus nombres.

3 En la asamblea del 23-11-2005, en un rotafolio se fue dibujando un gráfico de inter-conectividad, (ampliamente discutido con los miembros de la comunidad),  que permitió visualizar las diferentes acciones comunitarias, a partir de la prestación e intercambio de servicios múltiples, guiados por pautas éticas que apuntan a la positiva valoración de la comunidad y a la preservación del medio ambiente ribereño orinoquense.

4 “Definimos el sentido común tanto como: a) una dimensión  trans-discursiva cargada de toda la sedimentación de sentidos semánticos que las palabras y las expresiones  populares  han ido y continúan atesorando, adecuando y transformando  a  lo largo de la historia de la lengua y  hablas de  cada  sociedad,  asimilando y  adaptando materiales tan diversos como: afirmaciones oficiales, juicios y dogmas religiosos, saberes (legales o proscritos), historia, chistes, juegos, chanzas, chismes, informaciones de los  noticieros, canciones, propaganda, publicidad, etc. b) Un proceso-producto  dialógico de hermenéutica social característico de la  función psicosocial de las prácticas discursivas, a saber: producir, generar, inventar significados y representaciones actuales que permitan hacer congruentes, asimilables,  familiares y manejables los eventos que acaecen  en los espacios  de la vida social” (d’Aubeterre, 2007: 8).

ANEXOS

Figura 1. Fotografía satelital de Las Galderas (Google Earth, 2009)             Figura 2.  Mapa del sector (Fuente: Rosales et al., 2005).

Figuras 3 y 4. Vista parcial de Las Galderas desde el Orinoco (aguas bajas) y desde la carretera de tierra (en aguas altas). Fuente: Luis d’Aubeterre (2010).

Figuras 5 y 6. Asambleas comunitarias nocturnas, luego de la faena de trabajo. Fuente: Sara Leal (2005).

 

Figura 7. Inter-conectividad sistemática de acciones comunitarias en Las Galderas (Fuente: elaboración propia). Corresponde a la página 8.

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Figura 8. Faenas de pescadores. Fuente: Judith Rosales (2005).      Figura 9. Regreso de la pesca. Fuente: Luis Pérez (2006).


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