Aspiraciones y Expectativas Ocupacionales de los Pescadores Artesanales Merluceros de la Región del Bio Bio, Chile
Occupational aspirations and expectations of hake fishermen in the region of Bio Bio, Chile
Marjorie Baquedano (*)
Universidad de Concepción, Chile
Juan Carlos Rosas
Universidad de Concepción, Chile
Resumen: Este artículo expone un acercamiento a las pautas de movilidad ocupacional de los pescadores dedicados a la extracción de la merluza a través de un análisis cuantitativo de sus aspiraciones y expectativas ocupacionales. La Metodología consideró el uso de datos secundarios recolectados a través de una encuesta administrada a 302 pescadores aplicada en caletas de la Región del Bio Bio, Chile. Los resultados indican que existe un componente identitario que define las pautas de movilidad ocupacional de los pescadores en términos de sus aspiraciones ocupacionales y las expectativas que los Pescadores proyectan para sí mismos y sus hijos. A un nivel subjetivo, la dimensión tradicional del oficio de pescador artesanal se ejemplifica en la importancia que tiene el trabajo como eje constituyente de la identidad de los individuos, en la permanencia en el sector, en la transmisión intergeneracional del oficio, en la creación de empresas familiares en torno a la pesca y en la negación a cambiar de ocupación.
Palabras clave: aspiraciones, expectativas,trabajadores, identidad, pesca.
Abstract: This article describes the patterns of occupational mobility of hake fishermen through a quantitative analysis of their occupational aspirations and expectations. The methodology considers the use of secondary data collected through a survey administered to 302 fishermen applied in inlets of the Bio Bio Region in Chile. The results indicate an identity component in the occupational mobility which influences workers´ aspirations and expectations with respect to themselves and their children. Subjectively, the traditional dimension of the trade is characterized by the importance of work in the identity of individuals, by the permanency in the sector, by the intergenerational transmission of the trade, in the presence of family businesses around fishing and in the denial to change jobs.
Keywords: aspirations, expectations,workers,identity, fishermen.
(*) Autor para correspondencia: Marjorie Baquedano. Universidad de Concepción, Chile. Correo de contacto: mbaquedano@udec.cl
El presente artículo expone los resultados del proyecto “Evaluación Socioeconómica de la Implementación del Régimen Artesanal de Extracción (RAE) en la pesquería de la merluza común”, financiado por el fondo de investigación pesquera (FIP) 2004-49 de SERNAPESCA y ejecutado por el Departamento de Economía y el Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de Concepción, periodo 2005-2006.
Introducción
El presente artículo se enmarca en el enfoque de los estudios de movilidad social, aproximándose a su comprensión desde la revisión de las pautas de movilidad ocupacional de los pescadores artesanales dedicados a la extracción de la merluza en las caletas pertenecientes a la Región del Bio Bio.
El objetivo principal es aproximarse a la comprensión de los procesos de movilidad ocupacional en este sector desde una visión general de las aspiraciones y expectativas ocupacionales de los pescadores artesanales, identificando sus elecciones y sus proyecciones tanto para su carrera individual como para sus hijos a futuro.
Antecedentes
Quisiéramos comenzar a plantear la temática central de este artículo con un extracto de entrevista efectuada a un pescador artesanal merlucero de la caleta de Chome en la Octava Región.
Mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre eran hombres del mar,
entonces yo le pregunto ¿Qué más me quedaba ser a mí?
yo soy pescador artesanal y también mis hijos (Hombre, 65 años).
El relato expuesto, puede llevar a quien lo lea, a extraer múltiples conclusiones dependiendo del lente con que lo observe. Desde las teorías de la estratificación social, se diría que este sujeto forma parte de una clase social desfavorecida y difícilmente podrá cambiar su posición al interior de la estructura ocupacional. Desde la perspectiva de la adquisición de estatus, se dirá que el peso de sus orígenes es mucho mayor que los logros que pudiera adquirir en el transcurso de su vida y desde las teorías del capital humano, se sostendrá que sus contactos sociales y redes son muy limitados porque sus más cercanos desempeñan lo mismo que él, por lo tanto sus oportunidades de ascender socialmente son también escasas (Germani, 1961; Duncan, 1965; Hernández de Frutos, 1997; Kerbo, 1998).
Cada perspectiva utilizada, nos acerca a una dimensión de un fenómeno social más complejo: La movilidad ocupacional al interior del sector pesquero artesanal merlucero de la octava región.
Para algunos, la inquietud propuesta parecerá extraña si se piensa que los pescadores artesanales se caracterizan por ser una sociedad relativamente “tradicional” en sus patrones de comportamiento y que la movilidad ocupacional es considerada por muchos como una condición y a veces una consecuencia de sociedades esencialmente industriales o modernas, sin embargo, la relevancia de esta temática en el contexto propuesto, tiene en nuestra opinión, argumentos sólidos para defender la pertinencia de su abordaje.
En primer lugar, la visión dual que clasifica a sociedades como “móviles” y otras “inmóviles” ha sido superada en la discusión actual, al considerar que toda sociedad posee sus “cuotas” de movilidad e inmovilidad simultánea y que existen variables estructurales y coyunturales que intervienen en este proceso, provocando una especial complejidad en su análisis.
En segundo lugar, la actualidad de la temática se encuentra en plena vigencia ante la existencia de una idea generalizada de que la movilidad social puede constituirse como la clave para el desarrollo de determinadas sociedades (Lipset y Bendix, 1963; Andersen et al., 2003) y por consecuencia, en la estrategia de enfrentamiento hacia la desigualdad social en sociedades que se caracterizan por tener un pequeño segmento de la población que concentra gran cantidad de riqueza y otro que destaca por su vulnerabilidad y marginalidad (Carabaña, 1999; Filgueira, 2001).
El contexto actual de la pesca artesanal, es ejemplificador en este sentido, no sólo por la vulnerabilidad y precariedad material que se percibe en el mundo merlucero a raíz de la crisis del recurso, sino que especialmente por transmitir intergeneracionalmente patrones culturales, sociales y educacionales que tienden a perpetuar dicha tendencia. Investigaciones recientes han puesto en evidencia el peso de factores culturales e identitarios en el mantenimiento y reproducción de estilos de vida arraigados, que impiden o limitan los efectos de políticas sociales intervencionistas en el ámbito laboral y organizacional destinadas a mejorar las condiciones materiales de vida en estos contextos (Barriga et al., 2003; Dresdner et al., 2004; Montoya, 2004; Link, 2004).
En este sentido, es interesante investigar no sólo la movilidad en aquellas sociedades más dinámicas, sino que también en aquellas comunidades que parecen “inmóviles” e “indiferentes” a un conjunto de variables que afectan la composición de la estructura social, lo cual nos lleva a pensar que el estudio de la movilidad social, fácilmente nos dirige también a indagar en las características de ciertas tendencias hacia la inmovilidad.
En función de lo anterior, la pregunta que cabe efectuarse es si los actuales procesos de modernización afectan la estructura ocupacional en aquellas sociedades con una identidad fuertemente arraigada como suelen ser las denominadas comunidades de pescadores artesanales caracterizadas por una organización social basada en la lógica familiar; una organización económica simple en su capital físico, contratación de mano de obra y distribución de utilidades y costos y una fuerte organización religiosa e identidad cultural comunitaria y particular que atraviesa todas las esferas de su vida social (McGoodwing, 2002; Recasens, 2003).
Algunos estudios recientes efectuados en la Octava región (Barriga et al., 2003; Dresdner et al., 2004) evidencian a través de sus hallazgos, altos niveles de transmisión intergeneracional del oficio, por ejemplo, al indagar sobre las causas que originan el desempeñarse laboralmente en este sector, el 72% de los pescadores señaló que se debe a una herencia familiar y sólo el 28% restante expresó que lo hacía por falta de inserción en otros sectores económicos.
Por otra parte, también se concluyó que a pesar de la incorporación de nuevas variables tecnológicas y organizacionales, los pescadores artesanales continúan con un estilo de gestión de tipo tradicional, lo cual se ejemplifica en las técnicas de extracción utilizadas (excluidas las lanchas), en las formas de comercialización de los recursos y en el tipo de relaciones establecidas entre propietarios (armadores) y empleados (tripulantes).
A un nivel subjetivo, la dimensión tradicional del oficio de pescador artesanal se ejemplifica en la importancia que tiene el trabajo como eje constituyente de la identidad de los individuos, lo que se refleja en la antigüedad en el sector, en la transmisión intergeneracional del oficio desde padres a hijos y nietos, en la creación de empresas familiares en torno a la pesca y en la negación a cambiar de ocupación.
El escenario expuesto, lleva a concluir que la dimensión cultural tiene un peso importante en la reproducción de ciertos patrones de inmovilidad en el sector, sin embargo es importante no caer en el riesgo de considerar el contexto pesquero artesanal como un mundo homogéneo y olvidar la diversidad existente dentro del mismo.
Según los registros del Servicio Nacional de Pesca1 (SERNAPESCA), hasta octubre de 2006, la Octava región contaba con un total de 12.792 pescadores artesanales inscritos y 71 organizaciones con personalidad jurídica, cifras superadas sólo por la Décima región. Además registraba el mayor número de botes a remo y lanchas mayores a nivel nacional, lo que ya refleja la heterogeneidad regional en materia de modernización de las embarcaciones operativas. Si a lo anterior sumamos distinciones respecto a la ubicación geográfica de las caletas (urbanas, periurbanas o rurales), a su implementación tecnológica y organizacional, así como el tipo y valoración socioeconómica de los recursos extraídos, nos enfrentamos a una amplia gama de variables que de una u otra manera podrían incidir en generar pautas de movilidad diferenciadas, de hecho todas ellas son consideradas en las políticas de planificación e implementación de proyectos de desarrollo en el sector por parte de organismos gubernamentales relacionados.
En función de lo expuesto, cabe preguntarse si ante los numerosos esfuerzos e inversiones efectuadas por los organismos gubernamentales, efectivamente se están interviniendo y considerando las variables pertinentes para lograr cambios significativos en este segmento de la población, o si por el contrario sólo se ha actuado bajo hipótesis no apoyadas respecto a las aspiraciones ocupacionales, expectativas y comportamientos móviles e inmóviles que cabrían esperarse en este contexto.
Debido a lo anterior, surge la inquietud de conocer en mayor detalle si las aspiraciones y expectativas ocupacionales están determinadas por el fuerte componente cultural que caracteriza a este sector.
Teóricamente, existen algunas explicaciones que relacionan variables psicológicas, sociales y culturales con la movilidad social. Para algunos, la baja movilidad en sectores más pobres y vulnerables es explicada por la presencia de un sistema valórico particular y ciertos componentes actitudinales que tienden a reducir las acciones voluntarias en busca de un ascenso social, ya que se caracterizarían por un menor énfasis en el logro de metas y una mayor conciencia de la falta de oportunidades (Lipset y Bendix, 1963).
En una investigación que buscaba predecir la incidencia de variables psicosociales en la movilidad social de pobres, pobres extremos y no pobres de la Ciudad de México, se encontró una fuerte relación entre el nivel socioeconómico y la motivación al logro, donde niños y adultos socializados en familias de bajos recursos económicos, mostraban en mayor medida, sentimientos de fatalismo, dependencia e inferioridad (Palomar y Lanzagorta, 2005).
Más cercano al contexto de estudio, factores socioculturales tales como alto arraigo al oficio, alto sentido de pertenencia al territorio (caleta), alta herencia familiar del oficio y altos niveles de pobreza y vulnerabilidad, han influido conjuntamente en una reproducción del oficio a través de las generaciones de pescadores (Barriga et al., 2003; Link, 2004; Dresdner et al., 2004).
Desde otros enfoques, se plantea que la escasa movilidad social de ciertos grupos, más que a un “estancamiento mental”, obedece a la falta de oportunidades como una consecuencia social de un desfase entre las metas culturalmente deseables y los medios legitimados para alcanzarlas (Merton, 1992; Filgueira, 2001), es decir, desde este punto de vista, los pescadores artesanales no necesariamente carecen de “ambiciones” por movilizarse socialmente, sino que carecen de recursos objetivos para su logro, por lo tanto, desde este punto de vista, cobran especial importancia las intervenciones políticas a nivel económico, educacional y organizacional que promuevan la adquisición de estos capitales con objetivos de mejorar la calidad de vida del sector al mediano y largo plazo.
Lo que habría que analizar más profundamente es si sus “ambiciones” de movilidad se producen en el contexto de un inflexible sentido identitario, o bien, existen ciertas disposiciones a abrirse hacia otras apuestas ocupacionales y a esperar proyectos de vida diferente para sus hijos a futuro.
Metodología
El enfoque metodológico utilizado fue de tipo descriptivo, transversal y con un énfasis en el tratamiento de datos cuantitativos obtenidos a través del proyecto FIP “Evaluación Socioeconómica de la implementación del régimen artesanal de extracción (RAE) en la pesquería de la merluza común” efectuado por el Programa de Estudios Económicos y Sociales del Sector Pesquero de la Universidad de Concepción para el Fondo de investigación pesquera (FIP) durante los años 2005 y 2006.
La muestra fue de tipo probabilística con afijación proporcional estratificada, considerando como estratos a 12 de las 18 caletas existentes en la Región de Bio Bio y que según registros de SERNAPESCA al 2004, representaban el 96% de la fuerza extractora de merluza en la Región. Posteriormente, se consideró a todas las embarcaciones merluceras registradas en las caletas de interés y a través de esta unidad, se llegó a los encuestados, los que finalmente constituyeron una muestra de 302 pescadores artesanales, de los cuales 135 señalaron ser armadores, es decir, dueños de embarcaciones artesanales dedicadas a la extracción de merluza y 167 ser tripulantes, es decir, trabajadores de las embarcaciones.
La distribución muestral expone una representación mayor de pescadores que se desempeñan en la comuna de Tomé, con un 57,9% de la muestra total, seguida por la Comuna de Coronel con un 26,8%, Talcahuano con un 13,2% y Lebu con un 2%. Internamente, destacan de un total de 13 caletas visitadas, la caleta de Cocholgüe, con un 35,1% de los casos y Lo Rojas con un 22,8%. Al contrario, las caletas menos representadas fueron Maule, Lebu, Chome e Infiernillo respectivamente (véase Tabla 1).
Tabla 1
Porcentajes de pescadores encuestados según caleta.
Fuente: Elaboración propia (n=302).
Desde un punto de vista territorial, el 65,6% de los encuestados reside y se desempeña laboralmente en una caleta rural, siendo las más representadas, las caletas de Cocholgüe y Dichato. El 34,4% de casos restantes, pertenecen a caletas urbanas, con una concentración particular en caleta Lo Rojas.
En cuanto al instrumento de recolección de información utilizado, se trató de cuestionario administrado compuesto por 113 preguntas organizadas en 8 secciones: Información Sociodemográfica general, Situación Laboral, Información sobre el régimen, Comercialización, Organización del Trabajo, Fenómenos vinculados al régimen, Ingresos y Evaluación y Opinión General.
El cuestionario, previo a su aplicación, fue sometido a una validación de contenido utilizando la técnica de juicio de experto que comprendió la participación de un equipo técnico de 10 personas. Posteriormente, se aplicó un pre-test a una muestra representativa de la población de interés, con el objetivo de afinar el cuestionario antes de su aplicación definitiva.
Finalmente, los datos fueron analizados a través de estadística descriptiva, y test de pruebas de hipótesis que permitieron dar cuenta de los niveles de movilidad, inmovilidad y circulación de los pescadores.
Resultados
Una conclusión general que se extrae de investigaciones cualitativas en el sector pesquero es que el oficio de pescador artesanal es asociado a un tipo de trabajo autónomo y riesgoso que en gran medida es desempeñado en el contexto de una empresa familiar y que no requiere de mayor calificación, pero sí de un aprendizaje cabal adquirido desde muy joven y transmitido por familiares y/o amigos a través de varias generaciones (Barriga et al., 2003; Link, 2004).
La autonomía se ejemplifica en la lógica de un trabajador por cuenta propia, que en el caso de los armadores/patrones poseen propiedad/autoridad sobre una embarcación como un bien de capital auto administrado y en el caso de los tripulantes, un poder de decisión sobre su fuerza de trabajo en la medida que no cuentan con obligaciones de tipo contractual.
El constituirse como una empresa familiar, se observa en el mantenimiento de vínculos consanguíneos directos entre armadores/patrones y tripulantes tales como: padre/hijo, hermanos, Tíos/sobrinos y primos. Asimismo, trabajar con amigos de la infancia que pertenecen a la misma caleta es también una práctica común, en especial como medio de evitar pérdidas humanas de una misma familia en caso de catástrofe.
Por la misma característica heredada del oficio, es común que la iniciación laboral en el sector se desarrolle a edad temprana, incentivada por los demás miembros del hogar y amigos de la caleta. Esta situación se refleja por ejemplo, en que un 50% de los encuestados han ingresado a la pesca cuando tenían 15 o menos años de edad y sólo el 10% con una edad igual o superior a los 23 años.
Además, si se considera que en la actualidad el ingreso al sistema laboral se proyecta a los 15 años, los resultados indican que más de la mitad de los pescadores se inician en el oficio antes de cumplir esta edad.
Por otra parte, cabe destacar que del total de los pescadores encuestados, 21 casos poseen más de 65 años, lo que indica que no sólo la entrada al sector es temprana, sino que también la salida de él se prolonga más allá de la etapa de jubilación establecida legalmente en otros tipos de trabajo, principalmente del tipo asalariado que presentan características de estabilidad laboral y dependencia contractual.
Lo anterior, hace suponer que existe un fuerte arraigo al oficio reflejado en entradas prematuras y salidas tardías desde el sector, sin embargo, bien puede ser producto de un fuerte compromiso identitario y/o una práctica común de empresas familiares donde prima la economía de subsistencia por sobre la satisfacción de necesidades educacionales, en el caso de los más jóvenes, o de reposo para los más viejos (Filgueira, 2001; Palomar y Lanzagorta, 2005; Aparicio, 2006).
Antigüedad en el oficio
En una primera instancia, se pensó en la edad como un aspecto que determina las aspiraciones de movilidad social, ya que el “ser viejo” limita el acceso a otras áreas ocupacionales y provoca cierta “inmovilidad” para iniciar la búsqueda de nuevas alternativas, teóricamente esta premisa se conoce como la “teoría del ciclo vital” bajo la cual se espera que cualquier trayectoria ocupacional se estructure de forma sistemática en correspondencia con la edad, limitando las alternativas de movilidad a quienes se encuentran en los extremos etareos (Escribá, 2006).
Con el objetivo de poner a prueba esta teoría, se efectúo una prueba de Anova que pretendió observar la existencia de diferencias entre la edad de los pescadores y sus aspiraciones de movilidad ocupacional frente a las aseveraciones “Si me ofrecieran otro trabajo aunque no esté relacionado con la pesca, igual lo tomaría” y “Siento que no podría dedicarme a otra cosa que no sea la pesca artesanal”, sin embargo, el análisis de los resultados no arrojó diferencias significativas frente a la relación planteada (ANOVA, p¨= 0,402; p= 0,07 respectivamente).
Asimismo, se indagó en la relación entre la edad de los pescadores y la ejecución de acciones concretas para desempeñar ocupaciones fuera del sector. Ante la pregunta ¿Durante el mes pasado ha buscado trabajo fuera del sector?, a diferencia de lo que sucede con las aseveraciones actitudinales, los pescadores más jóvenes, presentan mayor búsqueda de otro tipo de ocupaciones en comparación a los más viejos (Medias de 37 y 46 años respectivamente, t Student, t= -4,629; gl= 300; p= 0,01). Efectivamente, la edad juega un rol crucial para aventurarse hacia la búsqueda de otras opciones laborales, develando una diferencia entre quienes “desean o piensan” salir del sector y quienes concretamente buscan las alternativas para lograrlo.
También se orientaron los análisis hacia la relación entre las aspiraciones y expectativas ocupacionales con la cantidad de tiempo que se desempeña una misma ocupación, por lo tanto se indagó en qué medida la habituación al oficio de pescador, disminuía la motivación por salir del sector. Los resultados indicaron nuevamente, relaciones no significativas entre la antigüedad en el sector y las aseveraciones “Si me ofrecieran otro trabajo igual lo tomaría” (ANOVA F= 0,979; gl= 61 ;p=0,545y “Siento que no podría dedicarme a otra cosa que no sea la pesca artesanal” (ANOVA F= 1,080; gl= 61; p= 0,294), detectándose además una importante uniformidad respecto a los años de experiencia laboral en el sector (Media=28; Mediana= 26; Moda= 25).
Lo anterior, puede tener relación con el arraigo al oficio desde su iniciación temprana, se trata de una identidad pesquera asumida orgullosamente por los pescadores y que parece determinar las aspiraciones a salir del sector o a dedicarse al desempeño de otra actividad, independiente de la edad o años de experiencia en el sector pesquero artesanal.
Sistema de trabajo
Según las evidencias encontradas, el oficio de pescador artesanal además de comenzar a ser desempeñado en una edad temprana, destacaría por su alta autonomía.
El tripulante de una embarcación artesanal, actúa como un trabajador por cuenta propia bajo la modalidad de “prestación de servicios”, vendiendo su fuerza de trabajo al margen de los derechos y obligaciones de un contrato laboral según sea su conveniencia y en el caso de los armadores, dueños de embarcaciones, se actúa como un microempresario que solicita servicios en un contexto de informalidad laboral, mediada sólo por lealtades, solidaridades y conocimiento de las “reglas del juego” por parte de los tripulantes.
La flexibilidad que otorga la forma de organizar el trabajo, permite ciertos niveles de movilidad de la fuerza de trabajo dedicada a la extracción de la merluza, ya sea a través del cambio a otras embarcaciones dentro y fuera de la caleta, o bien, desempeñando simultáneamente otras actividades complementarias a la pesca tales como, la recolección de mariscos, algas o la realización de labores afines al sector como la carpintería y la mecánica.
En el caso de los tripulantes, la movilidad se expresa principalmente a través de sus cambios de embarcación dentro de una misma caleta o entre caletas. Ante la pregunta ¿Trabaja siempre en esta misma embarcación? los resultados arrojaron que sólo un 26% se moviliza hacia otras embarcaciones, sin embargo cuando se realiza otra pregunta especificándola a los meses en que la pesca no es buena, el porcentaje aumenta a un 43%, lo cual denota que en contexto de escasez del recurso, las cuotas de movilidad tienden a aumentar.
Cuando se les pregunta a los dueños de embarcaciones, un 24% declara que cambia constantemente de tripulación, ya sea por la falta de motivación de los tripulantes para salir de pesca, la impuntualidad a la hora de salir de pesca, el desarrollo de actividades complementarias efectuadas por los tripulantes, la búsqueda de mejores ganancias en otro tipo de lanchas por parte de éstos, por enfermedad y/o por conflictos con otro trabajador de la embarcación. Ciertamente, el argumento más recurrente es la búsqueda de conveniencia económica del tripulante, la cual es facilitada por la ausencia de obligaciones contractuales con el dueño de la embarcación y se incrementa en situaciones de escasez de los recursos. De esta forma, es posible ver que existe una mayor movilidad de la fuerza de trabajo desde las lanchas, que desde los botes, llegando a un 62,9% y a un 49,4% respectivamente (véase Tabla 2).
Tabla 2
Movilidad de la fuerza de trabajo según tipo de embarcación.
Fuente: Elaboración propia (n= 269).
Lo anterior, puede sugerir que ante condiciones normales dentro del sector, características tales como: mayor capacidad de captura y una implementación tecnológica que permite controlar de mejor forma variables como la distancia de navegación o el clima adverso, marcan la diferencia frente al trabajo en botes, sin embargo, frente a situaciones de escasez de merluza, la fuerza de trabajo mayormente absorbida por las lanchas, tiende a aumentar sus opciones de trabajo a través de una mayor movilidad tanto dentro del sector (hacia otras lanchas o actividades asociadas a la pesca) como fuera de él (otras opciones ocupacionales).
Por otra parte, se puede observar que la movilidad no sólo se produce entre embarcaciones, sino que también existiría una movilidad geográfica, a través del desempeño del oficio no sólo en la caleta de origen, sino que también en otras caletas de la región, situación enfatizada entre aquellos pescadores pertenecientes a caletas rurales pequeñas donde el predominio de botes imposibilita que trabajen más de cinco tripulantes por salida de pesca, o que la frecuencia de las mismas esté mayormente limitada por variables tecnológicas y climáticas (véase Tabla 3).
Tabla 3
Movilidad de la fuerza de trabajo según caleta.
Fuente: Elaboración propia (N=301).
Si bien, no es posible determinar si aquellos encuestados que señalaron no trabajar en la misma embarcación, cambiaron hacia otra embarcación de la misma caleta o bien hacia otra de una caleta distinta, lo interesante es que existen altos porcentajes de movilidad de la fuerza de trabajo, especialmente en aquellas caletas que según datos de Subpesca al año 2004-2005, contaban con un predominio o la existencia exclusiva de botes, como es el caso de las caletas de Chome, Los Bagres, Quichauto, Cantera e Infiernillo.
Expectativas Ocupacionales
En el momento de análisis de datos, fue un resultado transversal el que el sector artesanal dedicado preferentemente a la extracción de la merluza común, estaba atravesando por una crisis del recurso, la cual por diversos factores que explicaban su desaparición, afectaba no sólo la organización del trabajo, sino que también el estilo de vida de los pescadores y sus familias.
En tal situación, aunque todos los encuestados se auto designaban como pescadores artesanales, también se definieron en situación de cesantía, razón por la cual la movilidad hacia otras actividades ocupacionales dentro del mismo sector o fuera de él se transformó, al menos en parte, en una consecuencia de las circunstancias específicas de crisis merlucera, sin embargo, tal como se ejemplifica en el siguiente gráfico, el arraigo al oficio sigue manteniéndose aún en situaciones de precariedad económica y social (véase Figura 1).
Figura 1. Motivación a la movilidad ocupacional. Fuente: Elaboración propia (N=302).
Ante la pregunta: durante el mes pasado2 ¿Ha buscado trabajo en una actividad distinta de la pesca artesanal?, un 83% de los encuestados señaló no haberlo hecho y sólo un 17% expresó haberse dedicado a otro tipo de actividades no asociadas a la extracción de la merluza, introduciéndose principalmente en el sector pesquero industrial de procesamiento en plantas y en el sector de la construcción (véase Figura 2).
Figura 2. Sector económico de búsqueda de trabajo. Fuente: Elaboración propia (n=52).
En menor medida, los pescadores ingresaron a los sectores de servicios, forestal y comercio respectivamente.
Lo interesante de esta movilidad es que los pescadores se orientan hacia la búsqueda de actividades que siguen estando relacionadas con la pesca, como lo es el procesamiento de recursos pesqueros en plantas industriales, o en la realización de un oficio en el área de la construcción que tiende a “repetir” ciertos patrones del trabajo pesquero artesanal como lo son la realización del oficio por aprendizaje informal, la escasa regularidad laboral y en algunos casos, la informalidad contractual.
Por otra parte, ante la pregunta ¿En qué oficio cree que es más fácil encontrar trabajo?, es posible aproximarse a las expectativas de los pescadores respecto a sus “potenciales” alternativas ocupacionales. Los resultados indican como primera opción la de “obrero de construcción”, seguida por la de “pescador artesanal” y “operador en planta” respectivamente (véase Figura 3).
Figura 3. Oficios de mayor accesibilidad ocupacional. Fuente: Elaboración propia (n=45).
El mismo patrón tiende a reproducirse cuando se le pregunta por el sector donde es más fácil encontrar trabajo, identificando en primer lugar al sector de construcción, seguido por el sector pesquero industrial y el sector pesquero artesanal respectivamente, denotando la consistencia en las respuestas entregadas (véase Figura 4).
Figura 4. Sectores de mayor accesibilidad ocupacional. Fuente: Elaboración propia (n=45).
Por otra parte, cuando se les preguntó por la realización de alguna actividad distinta de la pesca donde hubiesen recibido remuneración por ella, el porcentaje fue sólo del 5%, lo que hace presumir que el 95% restante o bien, no trabajó como pescador durante el mes de referencia, o una parte de ellos lo hizo pero sin obtener utilidades en sus salidas de pesca.
Entre las labores efectuadas por quienes trabajaron efectivamente, destacan las de: buzo mariscador, carpintero, descargador/fletero, fumigador, instalador de antenas telefónicas, auxiliar de aseo y obrero de la construcción. En cuanto a la cantidad de días dedicados al mes, en promedio no superan los 11 días, 50% de ellos trabajaron menos de 8 días y sólo un pescador trabajó el mes completo. Respecto al pago por estas actividades, el 50% de ellos recibió una remuneración igual o menor a veinte mil pesos y sólo el 25% recibió sobre los cincuenta mil pesos. Se trata por tanto, de la realización de los llamados “pololitos”, los cuales aluden a la realización de trabajos complementarios, de corta duración y de baja remuneración, pero de ningún modo indicativos de una real movilidad ocupacional por parte de los pescadores.
Aspiraciones Ocupacionales
En cuanto a las aspiraciones que los pescadores tienen para cambiar de ocupación, los resultados arrojan que se trata de la elección de otros oficios que no implican necesariamente una movilidad social de tipo ascendente a nivel socioeconómico, al contrario, desde el punto de vista subjetivo, implica una disminución del estatus social para los pescadores.
Ante la pregunta ¿En qué sector le gustaría ganarse la vida?, los resultados indican una aspiración por seguir desempeñándose como pescador artesanal, mientras que en menor medida, se prefieren los sectores de construcción ejecutando labores de albañilería y carpintería, en el sector servicios desempeñándose como guardia de seguridad, auxiliar de aseo o empleado en tiendas comerciales, en el sector de comercio principalmente de tipo independiente como negociante de abarrotes, feriante y vendedor de productos pesqueros y en el sector pesquero industrial como operador en plantas de procesamiento (véase Figura 5).
Figura 5. Sectores económicos preferidos por los pescadores. Fuente: Elaboración propia (n=49).
Los resultados indican una cierta habituación al oficio, al señalar que la necesidad económica es el gatillador de la salida hacia otros sectores productivos y no necesariamente una decisión voluntaria por parte de los pescadores. Las explicaciones dadas, asocian esta escasa motivación a la movilidad ocupacional, a la carencia de niveles educacionales adecuados para desempeñar otras actividades de mayor estatus y también al componente heredado del oficio, el cual se aprende y asimila desde temprana edad como la única alternativa laboral para quienes nacen y se socializan en alguna caleta. Considérese en este punto, la edad promedio de iniciación en el sector ya señalada. Lo anterior, se ejemplifica en que un 75% de los pescadores presenta altos niveles de acuerdo frente a la acepción “siento que no podría dedicarme a otra cosa que no sea la pesca artesanal” (véase Figura 6).
Figura 6. Perspectiva Ocupacional. Fuente: Elaboración propia (n=300).
La explicación frecuente asociada a esta intensa asimilación del oficio es el componente heredado del mismo.
Según los pescadores, su desempeño fue fuertemente influenciado por su contexto familiar, a través del padre, tíos, hermanos e incluso abuelos, quienes siendo propietarios de alguna embarcación incorporaban a los más jóvenes en las salidas de pesca o en labores complementarias como la reparación de redes, el encarne y/o la descarga de los recursos extraídos. En este sentido, desarrollar trabajos asociados a la pesca durante la niñez y la adolescencia no se constituía como una opción, sino que era parte de la dinámica de una empresa familiar donde todos los miembros desempeñan una función dentro de la división social del trabajo, reproduciendo su lógica cuando los más jóvenes una vez que han aprendido el oficio, invierten o reciben por herencia familiar una embarcación, iniciando la incorporación de sus hijos a esta nueva empresa.
Lo anterior, es respaldado con hallazgos de investigaciones anteriores, donde un 72% de los entrevistados se iniciaron en la actividad por herencia familiar y sólo el 28% restante lo hace por no encontrar otras posibilidades de empleo en otros sectores económicos (Barriga et al., 2003).
Por otra parte, además de la socialización primaria en el seno familiar, existe un fuerte compromiso emocional con el oficio, expresado por ejemplo en que un 78% de los pescadores señaló estar muy de acuerdo con la aseveración “Me siento orgulloso de ser pescador artesanal”, un 17% de acuerdo y sólo un 3% en desacuerdo y muy en desacuerdo (véase Figura 7).
Figura 7. Compromiso identitario con el oficio. Fuente: Elaboración propia (n=300).
No obstante lo anterior, aún más interesante es la comparación entre los resultados ya expuestos y las respuestas que los pescadores dan a una pregunta que pretende identificar los niveles de acuerdo ante la aseveración “Si me ofrecieran otro trabajo aunque no esté relacionado con la pesca igual lo tomaría”, ante la cual un 70% señaló estar de acuerdo (véase Figura 8).
Figura 8. Motivación a la movilidad ocupacional. Fuente: Elaboración propia (n= 298).
En este sentido, destaca una cierta inconsistencia entre la “intención” y la “acción”, ya que de un 70% que se encuentra dispuesto a desarrollar otra actividad, como señalamos sólo un 17% efectivamente efectúo en el último tiempo una ocupación distinta de la pesca artesanal. Ante estos resultados hay al menos dos conclusiones. La primera es que el primer porcentaje es alto porque no implica una búsqueda por parte del pescador, sino que simplemente la adopción de una oferta laboral que se le hace en una situación de crisis del sector pesquero merlucero y la segunda, es que el porcentaje escaso de pescadores que voluntariamente se orientan a la búsqueda de nuevas ocupaciones se debe al menos en parte al fuerte compromiso identitario con el oficio y a un conjunto de incompetencias personales que se adjudican los propios pescadores como efecto de su habituación al oficio y a sus bajos niveles de escolaridad.
La primera de las conclusiones, se respalda al analizar comparativamente nuestros resultados con los hallazgos obtenidos en una investigación efectuada en periodo pre-crisis merlucera, donde se aprecian importantes diferencias en cuanto a la actitud frente a la duración de la carrera como pescador, ya que sólo un 28% expresa el deseo de cambiar de actividad, un 17% pretende mantenerse en el sector sin efectuar cambios, pero el 55% restante espera mantenerse en el sector realizando mejoras (Barriga et al., 2003), sin embargo, según nuestros datos un 70% de los encuestados cambiaría su oficio actual por un trabajo estable aunque no esté relacionado con la pesca, por lo tanto, a pesar de la fuerte identidad asociada al oficio, ante situaciones de precariedad social y material, los pescadores tienden a “abrirse” hacia otras opciones de trabajo, al menos a nivel subjetivo a través de una actitud dispuesta al cambio con el objetivo principal de satisfacer requerimientos básicos pero no necesariamente como una oportunidad de mejores perspectivas ocupacionales.
Expectativas Ocupacionales para los Hijos
Una línea de investigación importante en el ámbito de la movilidad social es el estudio de la transmisión intergeneracional de un conjunto de capitales económicos, culturales y sociales, que con mayor o menor intensidad, determinan las posibilidades futuras de movilidad social de las generaciones posteriores, planteando además reflexiones en torno a temáticas como la reproducción de desigualdades, pobreza y eficacia de los factores adquiridos como mecanismos reales de movilidad social ascendente (Nina, Grillo y Alonso, 2003; Torche y Wormald, 2004; Morales, Ajata, Castro y Celfa., 2005).
En este sector destaca que la transmisión de estos capitales se refleja por ejemplo, en la herencia de una embarcación, en las oportunidades de finalizar el sistema formal de educación otorgada a los hijos y en las posibilidades que éstos tienen para ampliar sus círculos sociales más allá de la caleta.
En la actualidad, el contexto de crisis ha incrementado las expectativas de los pescadores respecto a un futuro ocupacional para sus hijos fuera del sector artesanal, sin embargo, ante la necesidad económica, varios reconocen que sus hijos se ven obligados a desertar del sistema escolar para poder colaborar con la economía del hogar, aún cuando conscientemente cuentan con la certeza de estar truncando sus posibilidades futuras de movilidad social a través de mayores niveles educacionales.
Hallazgos de otras investigaciones efectuadas a grupos sociales de escasos recursos económicos, concluyen también que la deserción escolar es una consecuencia de situaciones de pobreza y precariedad material que obligan a los miembros más jóvenes a abandonar un proyecto educativo que podría significar su “boleto de entrada” hacia la realización de actividades laborales mejor remuneradas en el futuro (Mediavilla, 2004; Palomar y Lanzagorta, 2005).
Además, si a lo anterior se suman factores obstaculizadores señalados por los pescadores tales como: familias numerosas, escaso incentivo familiar para continuar con los estudios y realidad educacional de baja calidad en las cercanías a las caletas, entonces el panorama para futuras generaciones no resulta muy alentador.
Lo que cabe preguntarse es si en la actualidad, los pescadores artesanales mantienen la expectativa de que sus hijos continúen desempeñando el mismo oficio o bien esperan que ejecuten otro tipo de ocupaciones. Una aproximación a esta interrogante la otorga el nivel de acuerdo frente a la aseveración “No me gustaría que mis hijos se dedicaran a lo mismo que yo”, donde sólo el 17% presenta grados de acuerdo respecto a que sus hijos continúen con el oficio de pescador (véase Figura 9).
Figura 9. Expectativas ocupacionales para los hijos. Fuente: Elaboración propia (n= 295).
Ciertamente el contexto de crisis merlucera puede estar influyendo en el alto porcentaje de pescadores cuya expectativa es el desempeño de sus hijos en otro tipo de ocupaciones, por lo cual, sería interesante evaluar si esta tendencia continúa bajo una situación de “normalidad” en el sector.
Lo anterior, da cuenta de una fuerte asociación entre movilidad social ascendente y educación, ésta última percibida como el mecanismo que asegura el acceso a mejores oportunidades laborales y en consecuencia, a una mejor calidad de vida.
Estudios efectuados para medir la relación entre la educación y la movilidad socioeconómica, destacan que grupos pertenecientes a estratos sociales bajos perciben la obtención de un crédito educacional como un medio efectivo de ascenso social, a diferencia de quienes pertenecen a estratos sociales medios y altos, que dudan de las carreras técnicas y universitarias como mecanismos seguros de movilidad socioeconómica, otorgando especial importancia a la posesión de redes sociales estratégicas (Filgueira, 2001; Kelly y Mare 2004; Aparicio, 2006), es decir que ante pescadores de bajo nivel educacional, este patrón tendería a reproducirse en sus hijos.
Otros hallazgos señalan una estrecha relación entre el estatus socioeconómico de la familia de origen y el tipo de expectativas y aspiraciones ocupacionales depositadas en los hijos, apoyándose la hipótesis de que a mayor escolaridad de los padres, más intensos son los esfuerzos por incentivar en los hijos, la adquisición de logros educativos y ocupacionales (Nina et al., 2003; Mediavilla 2004; Torche y Wormald, 2004; Escribá, 2006).
No obstante lo anterior, hemos visto que los pescadores tienen como expectativa el desempeño de otras ocupaciones para sus hijos, aún cuando sus niveles de escolaridad son bajos y presentan un alto arraigo al oficio. Lo interesante será observar si al largo plazo, estas expectativas se concretan en la efectiva movilidad ocupacional de las generaciones futuras.
Conclusiones
A modo de conclusión, se aprecia una relación estrecha entre la movilidad ocupacional y las aspiraciones para cambiar de oficio, se puede percibir que los pescadores se sienten altamente comprometidos e identificados con la pesca artesanal y presentan ante todo, la motivación a permanecer en el sector desempeñando la misma actividad.
No obstante lo anterior, se observa que en contextos socioeconómicos precarios, como el producido por la crisis de la merluza, los pescadores tienden a efectuar una “apertura mental forzosa” hacia la realización de otras ocupaciones, aunque esa búsqueda sigue orientándose a un movimiento de dirección horizontal, en la medida que tienden a mantenerse vinculados al sector y quienes salen de él se orientan hacia la búsqueda de actividades que siguen estando relacionadas con la pesca, como lo es el procesamiento de recursos pesqueros en plantas industriales, o en la realización de un oficio en el área de la construcción que tiende a “repetir” ciertos patrones del trabajo pesquero artesanal como lo son la realización del oficio por aprendizaje informal, la escasa regularidad laboral y en algunos casos, la informalidad contractual.
Los datos dan cuenta del reducido espectro de alternativas ocupacionales de los pescadores, quienes visualizan como oficios fáciles de encontrar, aquellos que no requieren de niveles elevados de calificación o que le son relativamente factibles de ejecutarlos y/o que les resultan familiares. En este sentido, destacan como labores efectuadas, los servicios de jornalero en el sector construcción, el trabajo por temporada en plantas pesqueras de procesamiento y la ejecución de actividades propias del sector como las de buzo mariscador, descargador/fletero, y mecánico de embarcaciones. La ejecución de actividades complementarias al oficio de pescador, suelen remitirse a la ejecución de “pololitos”, como trabajos esporádicos, de corta duración y baja remuneración.
Lo anterior se refuerza en el hecho de que a pesar de la “apertura mental” que los pescadores muestran para desempeñar otros oficios fuera del sector, en la práctica, son muy pocos los que concretamente buscan y desempeñan otras ocupaciones, lo cual puede ser explicado por la alta habituación y herencia intergeneracional del oficio, pero también por factores objetivos asociados a su nula experiencia laboral en otros ámbitos y sus bajos niveles de escolaridad que los limitan a acceder a otras oportunidades ocupacionales.
En este aspecto, es importante considerar la relevancia del componente cultural y psicológico que tendería a caracterizar una “mentalidad” particular del pescador, desembocando en una actitud que limita o bloquea la visualización de otras oportunidades ocupacionales y que al menos desde el punto de vista empírico tal cual lo reflejan los datos, significa mantener y más aún reproducir intergeneracionalmente círculos de pobreza y vulnerabilidad social.
Por otra parte, un análisis global de las expectativas actuales que los pescadores tienen para sus hijos, indican que a pesar de la opinión generalizada respecto a la necesaria salida del sector por parte de las generaciones futuras, los padres insisten en una prolongación de su vinculación al mar a través del incentivo a sus hijos, del seguimiento de ocupaciones asociadas a la actividad pesquera y marítima.
Por otra parte, es importante señalar que las aspiraciones y expectativas de cualquier grupo social siempre están mediadas por su posición social actual, lo que teóricamente se denomina como la “distancia hacia la meta” (Aparicio, 2006). De esta forma, las ambiciones de movilidad de cada grupo están determinadas por el estrato social al que pertenece y deben ser evaluadas en ese contexto. Los individuos definen sus ambiciones y adoptan actitudes particulares según su sistema referencial, lo cual debería explicar por qué los pescadores tienden a mantenerse dentro del sector y buscar oportunidades de movilidad dentro del mismo.
Por último, es importante señalar la necesidad de orientar la investigación futura hacia una dimensión “sociopsicológica” desde una mirada más cualitativa, incorporando categorías tales como las oportunidades y activos sociales disponibles, los contactos y redes sociales, las aspiraciones, motivaciones y las proyecciones de las personas, todas incorporadas a lo que recientemente se denomina como el paradigma integrado del estudio de la estratificación y movilidad social.
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2 La aplicación de la encuesta se llevó a cabo en los meses de Octubre y Noviembre de 2005, razón por la cual los meses referenciales a la segunda pregunta, fueron Septiembre y Octubre respectivamente.